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Las tensiones afloran en tiempos duros

Junta y Gobierno han abierto varios frentes en las últimas semanas - San Telmo reconoce que "ha subido la temperatura", pero niega una estrategia deliberada

Desde hace semanas, meses si se incluye el paréntesis veraniego, la Junta va sumando frentes abiertos aquí y allá con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Apenas se le pone sordina a discrepancias que en otras épocas se hubieran dirimido sigilosamente -calladamente, las más de las veces-, de manera que lo que se vislumbra, al menos de lejos, es una miscelánea de hostilidades muy inusual entre administraciones del mismo signo. Sobre todo de estas dos (Junta y Gobierno), cuya empatía ha sido siempre un símbolo, un emblema de la gestión socialista.

Las brechas son unas cuantas. De mayor a menor y según el criterio de actualidad: pulso de José Antonio Griñán para elevar el endeudamiento de Andalucía, permiso denegado por las dos vicepresidentas; rechazo de la Junta a que se eliminen las ayudas a la VPO, sobre las que el Gobierno tampoco cede; enfado por la adjudicación por parte del Banco de España de Cajasur a la entidad vasca BBK, acrecentado por la reforma de la Ley de Cajas sin consulta previa; posible anulación por parte del Tribunal Constitucional de la transferencia del Guadalquivir; y expropiación de la franja costera de Doñana.

"Los problemas se han acumulado. Lo de Doñana es una casualidad sin más"
"¿Se está comportando el Gobierno de España con Andalucía? No"

A esta lista habría que sumar el pago de la liquidación de la deuda histórica en solares, una solución que se aceptó como mal menor ante la crudeza de la recesión económica -pero con reticencias de varios miembros del gabinete de Griñán-, y que aún colea. De hecho, ha proporcionado un argumento electoral de gran pegada para los tiempos venideros al PP de Javier Arenas, quien se ha enganchado a la lógica de saldar débitos a base de terrenos en todo lo que se le cruza. Para colmo, ayuntamientos como los de Córdoba y Almería han copiado la ocurrencia y la cadena va camino de no tener fin.

Llegados a este punto, las preguntas que surgen son: ¿Existe un distanciamiento entre Madrid y Sevilla, entre Zapatero y Griñán? ¿Hay algo más de fondo que una concatenación de desacuerdos? ¿Es una táctica de presión en las negociaciones en curso? ¿Se trata de una estrategia electoral a largo plazo?

En San Telmo se es consciente de la estampa belicosa que desprende la hilera de roces. "Está claro que se ha elevado la temperatura", dice un miembro del Ejecutivo andaluz, "los problemas se han ido acumulando, pero el saldo es muy variopinto, lo de Doñana, por ejemplo, es una casualidad, sin más". Estas fuentes reconocen que es real el empecinamiento de la Junta por subir el déficit o desactivar la retirada de las ayudas a la VPO. "A veces afloran los desencuentros, las tensiones, y en este momento las hay, ¿es parte de una maniobra pensada de forma global? No".

La campaña de Griñán respecto a que Andalucía, con un nivel de deuda por debajo de la media, merece un trato similar a los ayuntamientos más saneados, tiene dos metas. Existe la convicción de que este punto es de difícil arreglo: María Teresa Fernández de la Vega y, especialmente, Elena Salgado, han dicho que no, y parece que será que no. Sin embargo, explican otras fuentes, el camino presupuestario es muy largo, "pasarán tantas cosas (en una dirección y la contraria) que es una manera de poner pie en pared, de sacar nuestras armas". Además, añade este dirigente, a la Junta le interesa consolidar una imagen de solvencia, de que "se han hecho los deberes, de que hay buena gestión". "No sería lo mismo si pidiéramos más PER, entonces lo que trasladaríamos es que hay mucho paro agrario".

El PSOE andaluz es más tajante. Uno de sus dirigentes opina que el Ministerio de Economía adopta decisiones que perjudican a la comunidad. "No autorizar más deuda es una desigualdad evidente. ¿Se está comportando el Gobierno de España con Andalucía? Pensamos que no", sentencia la citada fuente, quien añade que si la resistencia a subir el déficit se mantiene "tendrá que haber otras compensaciones". El razonamiento de este socialista es que mientras en Cataluña se van a prorrogar los presupuestos y el resto de autonomías confeccionarán unas cuentas ajustadas al periodo electoral que se les avecina (optimistas y poco veraces), la Junta se verá abocada a lidiar con los recortes a pecho descubierto.

El Gobierno de Zapatero no es ahora una pareja de baile apetecible. Acusa el desgaste de la crisis y la cascada que se precipita de este río aplasta a cualquiera: falta de credibilidad, desaprobación generalizada, agitación social, agotamiento. A la pregunta de si subyace una estrategia deliberada de alejamiento para sacudirse la losa, todas las fuentes consultadas lo niegan de manera taxativa, si bien admiten que hay voces aisladas que apuestan por el combate. Lo que nadie desmiente es que se ha descuidado el primor con que en otras ocasiones se revestían las diferencias.

José Luis Rodríguez Zapatero y José Antonio Griñán, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado en Sevilla el pasao 19 de marzo.
José Luis Rodríguez Zapatero y José Antonio Griñán, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado en Sevilla el pasao 19 de marzo.GARCÍA CORDERO

Frentes

- Tope al endeudamiento: José Antonio Griñán se ha embarcado en una campaña para conseguir que el Gobierno eleve la capacidad de endeudarse de Andalucía

- Eliminación de ayudas a VPO. La Junta se ha plantado al retirar el Gobierno las subvenciones a compra y promoción

- Adjudicación de Cajasur a la entidad vasca BBK: Griñán reprochó al Banco de España que podía haber hecho más

- Posible anulación por parte del Constitucional de las transferencias del Guadalquivir

- Deslinde de la franja costera de Doñana.

- Pago de la deuda histórica en solares

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