"Todos hemos fallado. Que no busquen excusas"

José Luis Sáez elige para la cita el mesón Txistu. No es una elección casual. En la pared frente a la mesa, varias fotos recuerdan el Mundial ganado por la selección de baloncesto en 2006. Al lado, una camiseta con una gran Ñ y firmada por todos los jugadores rememora el oro del Europeo de 2009. El mesón ha sido el centro de muchas celebraciones. Sáez, el presidente de la federación española, mira los objetos con la nostalgia de los éxitos pasados y el convencimiento de que "pronto volverán". El hombre picotea tomate ecológico y jamón de Jabugo mientras trata de encontrar explicaciones al discreto sexto lugar de España en el reciente Mundial de Turquía. Después de cuatro maravillosos años -oro mundial, plata europea, plata olímpica y oro europeo consecutivamente-, el batacazo turco ha hecho mella en este extremeño de Badajoz de 50 años, un dirigente hiperactivo, acostumbrado a dormir apenas cuatro horas al día, con la familia y la vida repartidas entre Madrid y Sevilla.

El presidente del baloncesto español dice que el equipo volverá a la cima

"Esto podía pasar, no es una tragedia", comienza. "Los medios se han focalizado en echarle la culpa al técnico [Sergio Scariolo], pero todos hemos fallado. Yo no meto canastas, pero asumo la máxima responsabilidad. Ahora espero el análisis frío del entrenador y de la gente de la federación. Y lo que pido a todos es que no busquen excusas. En España se cae en el fatalismo en la derrota y cuando se gana estamos en la galaxia. Esto solo pasa en España".

Sáez es un dirigente precoz. Después de descubrir el baloncesto en el colegio Maristas de Sevilla, empezó a escalar. Es licenciado en Derecho, tiene el título de entrenador superior, dirigió en la Primera División femenina, con 25 años ya era presidente de la federación sevillana, con 27, directivo de la española. En 2004 fue nombrado presidente. La selección comenzaba entonces su ascenso a lo más alto. "Con unos ajustes, volveremos. En 10 años hemos evolucionado para ser un equipo competitivo. Si no lo somos, nos convertimos en previsibles. Este no ha sido un equipo rígido, ha entrado y ha salido gente, y siempre con la misma seña de identidad, la unidad dentro y fuera de la pista. Por eso a un grupo con actitud no se le puede asociar la palabra decepción. Levantaremos la cabeza. La clave está en el compromiso. Más que una selección, somos un equipo".

Sáez es un hombre accesible. Durante la comida, muchos se paran a saludarle. También el teléfono móvil y un iPhone que le lleva de cabeza se iluminan sin parar. En la red Twitter tiene 2.600 seguidores. Los jugadores, dice, le consideran "uno más", una especie de figura paternal. De Pau Gasol destaca que "él hizo creer a todos que podían conseguir lo máximo"; de Juan Carlos Navarro, "que nunca ha escurrido el bulto".

España tiene pendiente la clasificación para los Juegos de 2012. El Mundial de 2014 se celebra en casa. Sáez mira al futuro y con el café en la mano responde al tema más espinoso: Scariolo. "Quiero ver sus sensaciones. Él nunca ha querido ser un obstáculo. La mayoría de seleccionadores conmigo han salido porque han querido, menos Pesquera, a quien destituí porque él dijo que se iba".

Sáez habla de "códigos de sufrimiento". "No se disfruta", dice sobre su trabajo en un Mundial. "Pero no importa, yo nunca podré cambiar de pasión, el baloncesto".