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La Fura lleva a Sueca los usos culinarios de la antigua Roma

Treinta personas, escogidas a través de un sorteo por Internet, tuvieron anoche el privilegio de cenar sobre uno de los escenarios el menú de Degustación de Titus Andrónicus, que el cocinero Andoni-Luis Aduriz, del restaurante vasco Mugatitz, ha diseñado para la Fura dels Baus. "Esta tragedia de Shakespeare nos ofrecía un final fantástico, una cena caníbal, para juntar la gastronomía y el teatro", explicó el director Pep Gatell. La carne del prisionero que es devorada en el festín es, en realidad, cochinillo ibérico escogido por Aduriz en Extremadura, "una carne que se separa únicamente por un cromosoma de la carne humana", aseguró.

Adúriz ha trabajado para recuperar usos culinarios como el garum, una salsa de vísceras de pescado y propiedades afrodisíacas. Los aromas impregnan el espacio escénico en el que cuatro grandes pantallas recrean la antigua Roma, "sustituyendo con imágenes la poesía retórica del texto original de Shakespeare", sostiene.

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