Como decíamos ayer
Griñán y Arenas repiten el mismo debate sobre la crisis del último pleno de junio
La huelga general está muy cerca y cada día es más omnipresente. También en el Parlamento de Andalucía, y eso que en el vetusto Hospital de las Cinco Llagas parece que el tiempo se ha detenido eternamente en la primera vez que José Antonio Griñán y Javier Arenas se enfrentaron en la tribuna. Porque desde entonces ambos repiten sesión tras sesión el mismo debate con ligeras variaciones, consistente, en su mayoría, en el grado de ardor que le ponen a los roces personales.
Salvo por la obviedad de la proximidad del día 29 -de la que dejaron testimonio en la puerta de la Cámara varios centenares de trabajadores públicos que protestaban contra los recortes-, la jornada parlamentaria fue un primoroso remedo de la que cerró en junio el anterior curso político. El presidente de la Junta contó, como antes de las vacaciones, que si bien no hay motivos para tirar las campanas al vuelo, se van viendo indicios alentadores para "mover la confianza" e ir saliendo de la crisis.
Griñán: "Lamento que no haya hecho un discurso distinto al de la última vez"
Claro que el líder del PP le hizo un planteamiento idéntico al del último pleno de junio. Incluso esgrimió para la foto el documento de Plan Económico-Financiero de Reequilibrio de la Junta, que había desvelado en esa jornada con gran éxito de difusión entre los medios, habida cuenta de que el Gobierno andaluz lo había olvidado en un cajón y era inédito. Pero sin sorpresa, el efecto ya no tiene nada que ver, y a las reiteraciones de Arenas su adversario le respondió con cadencia de rutina.
El popular le recordó a Griñán el récord de paro histórico, y usó la metáfora de un hipotético polígrafo insalvable para subrayar las "mentiras, mentiras, mentiras" del Ejecutivo. Pasó lista de las empresas destruidas, de los empleos destruidos, del pago de la deuda histórica en solares por parte del Gobierno, del fracaso de la gran caja de ahorro, y concluyó con una idea (aunque no nueva): "No se puede hablar de que Andalucía está mejor que el resto de España cuando hay un 27% de paro".
Sin llegar a encabezar su alocución con el "como decíamos ayer" de Unamuno -que a su vez lo tomó de Fray Luis de León-, José Antonio Griñán contestó igual que si no hubieran pasado más de dos meses desde el debate final de junio. Y hasta bromeó: "Lamento que no haya podido programar un discurso distinto al de la última vez". "Vamos mejor de lo que previmos", dijo, y se explicó: desde enero hay cerca de 6.000 afiliados más en la Seguridad Social, la población activa ha aumentado en 44.000 personas, la inversión privada ha crecido un 2% y las ventas al exterior han subido un 25%.
El izquierdista Diego Valderas llevó al pleno de inauguración de la temporada la huelga general como argumento político. Y precisamente ahí, a que la llevó como un argumento político, se agarró Griñán para desacreditar su postura. "Si sigue amarrado a las políticas que mandan los mercados, que son un lastre, arrastrará a Andalucía al hundimiento", dijo Valderas. "La huelga es para ustedes política, creen que los sindicatos son una mera correa de transmisión pero son autónomos, ustedes solo piensan en fines electorales", zanjó Griñán
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