Los bancos tendrán que reservar más capital para evitar nuevos descalabros

La reforma financiera, una de las prioridades del G-20 desde que asumió la coordinación de la respuesta mundial contra la crisis, dio ayer un gran paso adelante tras meses de dilaciones por las trabas de los bancos. El comité de Basilea, que reúne a gobernadores de bancos centrales y a otros supervisores de 27 países avanzados y emergentes, desbloqueó las negociaciones sobre los nuevos requisitos de capital para la banca.

Las entidades tendrán que cumplir con normas mucho más exigentes que antes de la crisis: el nivel mínimo de reservas y acciones (el capital de mayor calidad) se eleva del 2% al 4,5% de los activos y se marca la obligación de establecer un "colchón de protección" para afrontar las pérdidas que ocasione la próxima crisis financiera. Eso eleva el nivel mínimo hasta el 7%, más del triple que ahora. "Es fundamental para la estabilidad del sector financiero", advirtió Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo.

El acuerdo, que debe ser confirmado por el G-20 y por cada país antes de entrar en vigor, desoye las presiones de la banca en el sentido de que la imposición de requisitos más estrictos implicará reducir el crédito. A cambio, se cede en los plazos, muy generosos: las nuevas normas entrarán en vigor, de forma gradual, a partir de 2013, y no se exigirán de forma completa hasta cinco años más tarde.