Bobby Thomson, héroe por un batazo
Jugador de béisbol que logró el 'home run' más famoso de las Grandes Ligas
El deporte, sus hazañas, se recuerdan de formas muy distintas, aunque al final se pueden resumir en dos grandes grupos. Hay grandes estrellas que dejan a lo largo de sus carreras tal poso de éxitos, tantas mochilas cargadas de victorias o de actuaciones memorables, que sus nombres son ya un referente por sí solos. Pero la mayoría, aun con buen nivel, no alcanza la gran densidad de los elegidos y solo toca el cielo en contadas ocasiones, a veces una exclusivamente, y con ello pasan a la historia. Por haber protagonizado un momento imborrable. Único.
Este fue el caso de Bobby Thomson, ex jugador de béisbol estadounidense que falleció el 16 de agosto por la noche a los 86 años en Savannah, ciudad costera atlántica en el Estado de Georgia en la que pasó sus últimos años.
Sacó la pelota del estadio para conseguir una remontada histórica
Robert Bobby Brown Thomson, nacido en Glasgow (Escocia), era el más joven de seis hermanos y llegó a Nueva York con tan solo dos años. Durante su exitosa trayectoria como deportista profesional (1946-1960), jugó con varios equipos importantes, especialmente los Giants de Nueva York, pero también en otras franquicias como Milwaukee Braves, Chicago Cubs, Boston Red Sox y Baltimore Orioles. Fue un bateador de prestigio que consiguió sumar 264 home runs (carreras conseguidas de un solo batazo al lanzar la pelota fuera de las vallas de los recintos de juego) y colaboró en otras 1.026 carreras de forma indirecta. También fue seleccionado para jugar tres partidos All Star, cita anual en la que se enfrentan los mejores jugadores de las dos ligas estadounidenses, la Nacional y la Americana.
Pero su día de gloria fue el 3 de octubre de 1951. Héroe por un batazo. Consiguió uno de los home runs más famosos de la historia del béisbol en los últimos instantes del tercer y decisivo partido por el título de la Liga Nacional de aquel año, que enfrentaba a dos equipos de Nueva York: los Giants de Manhattan frente a los Dodgers, equipo hoy de Los Ángeles pero entonces radicado en Brooklyn. Le cazó el lanzamiento al pitcher Ralph Branca y, con otros dos compañeros ya en bases, sumó tres carreras de una sola tacada. Su equipo remontó así en la última oportunidad un 2-4 para ganar por 5-4. La bola salió por el lado izquierdo del estadio Polo Grounds y las palabras del narrador radiofónico Russ Hodges también pasaron al libro de oro de los momentos históricos del béisbol de las Grandes Ligas.
Thomson quedó como un héroe, pero en 2001 varios jugadores declararon que aquel año los Giants usaron un telescopio para adivinar los gestos que los catchers (receptores) hacían a los lanzadores de los equipos rivales, y así los bateadores sabían cómo golpear. Thomson lo desmintió a tiempo y no pasó a villano, como ha ocurrido recientemente con tantos tramposos que usaron anabolizantes y hormonas del crecimiento. Su palabra contra la de otros.
Una duda más, pero Thomson quedó con el beneficio del que llegó a calificarse como el home run más grande de todos los tiempos. El batazo fue pomposamente bautizado como "El golpe del que se tuvo noticia en todo el mundo". Y así ha seguido. Con la idea típica y tópica estadounidense de que su país es el universo completo. Algo muchas veces irreal, especialmente en su idolatrado béisbol, ignorado en muchísimos lugares por su espesura. Pero con sobrada capacidad nacional para crear grandes héroes americanos.
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