GPS

Zapatero lo ha dejado claro: no se rige por un GPS fijo. Actúa conforme a la evolución de los acontecimientos. Así explica que hayan aliviado los requisitos para que los ayuntamientos puedan incrementar su endeudamiento, lo que ha dado pie a Griñán a reivindicar, de nuevo, que se actúe igual con las comunidades autónomas. Así, Andalucía, al ser una de las menos endeudas, podría acudir al mercado para obtener más recursos financieros. Un planteamiento rechazado hasta ahora por parte del Ejecutivo, y por parte de la mayoría de las comunidades, pero que se mantiene vivo, ahora más nunca, sobre todo, después de esas palabras del presidente en la SER en las que señalaba que, "si la presión sobre la deuda se alivia, si el déficit se corrige, si los ingresos del Estado funcionan bien, tendremos un margen mayor que cuando en mayo tuvimos que adoptar medidas más duras". Claro que también, horas después, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega despejaba cualquier ilusión de que el Gobierno reconsiderara su posición afirmando aquello de "¡Que más quisiéramos nosotros!".

Entre la opinión de uno y de otra ha encontrado la Junta un halo de esperanza. La clave es determinar qué margen de maniobra goza el presidente andaluz. La empresa es arriesgada. Se confía en una mejora sustancial de nuestra economía. Así que, inicialmente, de Moncloa lo único que sale es un "no, por el momento". Pese a ello, interpretan que hay agua en la piscina, de ahí que veamos a todo un presidente Griñán articulando un discurso diferenciador, uno más. Estamos ante un nuevo envite mientras que Arenas se frota las manos. Piensa que se estrellará. Así que atentos a lo variable del GPS gubernamental, en la economía cambiante a la que nos enfrentamos, para conocer el final de esta interesante contienda.