Subidón de los cereales
Bruselas regulará los productos financieros vinculados a las materias primas básicas alimentarias
Los cerealistas están de fiesta tras dos años de no cubrir costes de producción. Durante los últimos dos meses, los precios del trigo, la cebada y el maíz han experimentado una subida media del 50% en todos los mercados. La Administración cree que se ha tocado techo, pero según Infomarket, los precios tienen recorrido alcista en función de las posiciones que mantienen los especuladores de los mercados. En España sería más lógico ese recorrido al alza por ser un país netamente importador y que hoy tiene precios más bajos que los existentes en el exterior.
Esta situación del mercado de los cereales, en la que influye de manera determinante la política de especulación de los grandes operadores y de los inversores financieros, preocupa a los Estados por sus repercusiones en la alimentación; a los organismos internacionales, como la FAO, por su impacto sobre los países más pobres, y a los ganaderos por el aumento de costes y la imposibilidad de repercutirlos en sus ventas. Tampoco da confianza a los cerealistas. Este es el motivo por el que el Gobierno francés ha solicitado a la Comisión Europea una iniciativa para regular los productos financieros vinculados a los productos básicos. España apoya la iniciativa gala.
A pesar de la menor cosecha en los países del Este, las existencias y 'stocks' son suficientes
La subida en dos meses del 50% se achaca sobre todo a la especulación de los mercados
La Comisión comparte esa posición y ha anunciado que dará un enfoque europeo coordinado al problema. En esta misma línea, Francia ha señalado que la regulación de este tipo de mercados será una prioridad del G-20 a partir de noviembre, cuando asuma la presidencia del organismo.
La subida de los precios de los cereales se ha producido solo dos meses después de que miles de agricultores comunitarios, ante el hundimiento de los mercados, se vieran obligados a entregar a la intervención cerca de seis millones de toneladas a 104 euros por tonelada. El sector anticipaba un ligero ajuste de las producciones en todo el mundo, y por ello barajaba la posibilidad de una subida discreta de los precios en función de datos objetivos sobre cosechas y demanda. Pero nadie esperaba el alza tan grande que se ha registrado.
En el seno comunitario, las previsiones situaban la cosecha en 279 millones de toneladas, frente a una producción en la campaña anterior de 294,7 millones de toneladas. En España, la previsión de los cereales de invierno es de unos 15,4 millones de toneladas, a los que se suman otros 3,4 millones en maíz. Se trata de una cosecha ligeramente superior a la campaña anterior, pero muy por debajo de las producciones medias de más de 20 millones de toneladas. En cualquier caso, al ser España un país netamente importador, con más de 10 millones de toneladas, los precios no los marcan las cosechas propias, sino el mercado exterior.
Junto a este recorte en las cosechas comunitarias del 5,3%, se contaba también con el ajuste en los países del Este. Por su parte, para el Consejo Internacional de Cereales, la producción total de esta campaña se eleva a 1.745 millones de toneladas, solo 8 millones menos que en la campaña anterior, de las que 644 millones corresponden a trigos, 7 millones menos, y 829 millones a maíz, 6 millones más. El consumo total se cifra en 1.779 millones de toneladas, 5 millones más que en la campaña anterior, de las que 657 millones son de trigos y 837 millones de maíz.
Pero el dato clave de este escenario se halla en los niveles previstos de reservas. El mismo organismo cifra los stocks de trigo en 184 millones de toneladas y 135 millones de toneladas en maíz, lo que es una dosis de seguridad al suponer una cobertura de la demanda de más de dos meses.
Para José Murillo, analista de Infomarket, el detonante de la actual explosión de los precios lo produjo la decisión rusa de no exportar cereales. En su opinión, no se puede olvidar que los países del Este tienen un peso en los mercados, pero estima que el anuncio fue un justificante para desatar las actuaciones de los capitales especulativos.
Ante esta situación de los mercados, en algunos momentos se han visto similitudes entre esta subida y la crisis de materias primas para la alimentación de 2007-2008, cuando los precios del trigo superaron los 300 euros por tonelada. Sin embargo, los expertos en el sector coinciden en señalar varios puntos que marcan la diferencia. Las cosechas de este año han sido superiores y, sobre todo, hoy los stocks superan en un 80% y un 30% los 109 millones de toneladas de trigo y 101 millones de toneladas de maíz que había en esa fecha.
El comportamiento alcista de las materias primas para la alimentación preocupa igualmente en la FAO. Desde el organismo internacional se denuncia la fuerte subida de los precios del trigo en unos porcentajes que no se producían desde 2009. Sin embargo, aunque se reconoce que ha existido un ajuste en las cosechas sobre el año pasado, se apunta que la producción total será la tercera más elevada de la historia y que no hay razones objetivas para esta situación, al existir existencias suficientes.
Por el fuerte componente de especulación que existe en los mercados de los cereales, los expertos señalan la dificultad para atisbar la evolución de las cotizaciones, actualmente en España en una media en origen de 0,17 euros/kilo en cebada y de 0,22 euros en trigo. Lo que es indudable es que, a partir de esta situación, las próximas semanas serán escenario de una cadena de subidas entre los productores de derivados del trigo, pan y pastas y en piensos. -
Un argumento en favor de la PAC
La fuerte subida de los precios de los cereales está constituyendo un grave problema para el conjunto de las cabañas ganaderas en toda la Unión Europea. Los ganaderos no pueden repercutir el incremento de costes en la venta del animal, y los consumidores deben pagar más por los productos elaborados. Pero es también un argumento más en manos de los países mediterráneos, y especialmente de Francia y España, para defender en Bruselas el futuro de una Política Agrícola Común (PAC) fuerte. Esa fue la línea de trabajo marcada por la Administración española en su periodo de presidencia comunitaria, por considerar la PAC un factor estratégico en el apoyo al agricultor y el mantenimiento del medio rural, siempre en beneficio de los consumidores.
Frente a la actual situación de los mercados, en primer lugar se considera indispensable una PAC que impulse una decidida política de producciones en el seno comunitario para asegurar unos elevados niveles de autoabastecimiento y evitar fuertes dependencias de terceros países. No se pueden recortar siembras o posibilidades de mayores producciones vía rendimientos para cubrir su hueco con las importaciones.
En segundo lugar, la PAC se considera indispensable para evitar la actual volatilidad de los mercados con unos mecanismos de regulación que aseguren una adecuada red de seguridad frente al desmantelamiento de los mismos llevado a cabo en los años precedentes por la política liberalizadora impuesta desde los países del Norte. -
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