El efecto de la subida del IVA, mayor del previsto
Los indicadores más significativos publicados esta semana hacen referencia a los precios (IPC de agosto) y a la actividad industrial (IPI de julio). La evolución de los precios en los dos últimos meses era esperada con especial interés, especialmente por ver cuál ha podido ser el impacto de las subidas del tipo normal del IVA en dos puntos porcentuales (del 16% al 18%) y del tipo reducido en un punto (del 7% al 8%).
En julio, la inflación aumentó cuatro décimas porcentuales, del 1,5% al 1,9%. De ellas, una es atribuible a los componentes volátiles del IPC, es decir, a la energía y a los alimentos sin elaborar, y tres décimas, a la inflación subyacente, observándose aumentos generalizados en todos los componentes de la misma. Este aumento de la inflación coincidió totalmente con las previsiones comentadas en esta página. Ahora bien, si los modelos acertaron con la inflación total, erraron significativamente en los componentes, aunque estos errores se compensaron. Concretamente, los precios de la energía aumentaron menos de lo previsto, y el resto, más.
Los distribuidores han reducido sus márgenes para compensar en gran parte la subida del IVA
La incógnita ahora es si el impacto se produjo todo en julio o si va a proseguir en los meses siguientes
Aparte de los errores de predicción, una explicación podría ser que el impacto del IVA fuera mayor del que se había contemplado en dichas previsiones. Y efectivamente, así ha sido, a la vista de los datos que publica el INE de los índices de precios de consumo armonizados (IPCA) a impuestos constantes. Según estos datos, en julio la variación mensual de este índice fue de -0,4%, caída que se explica por la estacionalidad que introducen las rebajas, mientras que la variación de dicho índice a impuestos constantes fue de -1,5%. Es decir, el aumento del IVA tuvo un impacto de 1,1 puntos porcentuales en la inflación. Las estimaciones que habíamos hecho en Funcas eran de un impacto de tres décimas en julio y otras tres en los meses siguientes hasta final de año. Nos quedamos, por tanto, muy cortos.
Ahora bien, esto no quiere decir que sin la subida del IVA ahora tendríamos 1,1 puntos menos de inflación, ya que, en ausencia de la misma, los distribuidores no hubieran bajado sus precios antes de impuestos como lo han hecho. Por tanto, ni las desviaciones de la inflación respecto a las previsiones han sido tan importantes ni los efectos netos de la subida han sido tan cuantiosos. Lo que ha sucedido, como estaba previsto, es que los distribuidores han reducido sus márgenes para compensar en gran parte la subida del IVA. La incógnita ahora es si el impacto se produjo todo él en julio o si va a proseguir en los meses siguientes. Para despejar dicha incógnita deberemos esperar, pues los datos del IPCA a precios contantes se publican con un mes de retraso.
En agosto, la inflación bajó una décima, hasta el 1,8%. También en este caso los modelos han acertado y no solo a nivel global, sino por componentes. Es decir, parece que no ha habido "sorpresas", lo que implicaría que el efecto IVA apenas habría incidido más de lo previsto, una décima porcentual. La bajada de la inflación en este mes se debe totalmente a la energía, cuya tasa interanual ha caído del 11,8% al 8,9%, restando tres décimas a la inflación. En sentido contrario, la inflación subyacente ha contribuido positivamente con dos décimas, observándose de nuevo aumentos generalizados por componentes, aunque menores que en julio, lo que permite avanzar que en este mes aún ha continuado, de forma amortiguada, la traslación de la subida del IVA.
El diferencial de inflación con la zona euro apenas se ha visto modificado por el impacto del IVA, al pasar de 0,1 puntos porcentuales en junio a 0,2 puntos en agosto, según datos provisionales. Ahora bien, esto es porque ha coincidido con una disminución de la inflación de la energía, cuyo impacto en el IPC español es mayor que en la zona euro.
Las previsiones de inflación para los próximos meses apenas varían. En septiembre se espera un nuevo aumento hasta el 2,1%, debido en su mayor parte a un efecto escalón en los precios de la energía, que cayeron notablemente un año antes. En torno a esta tasa debería acabar el año, resultando una media anual del 1,7%. Para el año próximo, bajo el supuesto de que la energía no registre subidas significativas, los modelos apuntan una tendencia a la baja, con una tasa media anual del 1,5%.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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