América Latina y España ante la crisis
Hace tiempo sabemos que los vínculos entre América Latina y España son claves. Difícilmente se puede entender la proyección internacional de las empresas españolas sin el trampolín que han supuesto para ellas los mercados del otro lado del Atlántico. Esta relación especial cobra todavía más relevancia hoy día con la crisis global, desencadenada en los países OCDE y que recientemente estuvo azotando a España. Pero ¿qué grado de exposición al riesgo europeo o español tiene América Latina?
Esta pregunta se solía hacer en el sentido opuesto hace unos años, siendo entonces motivo de preocupación la exposición de la economía española y de sus empresas al subcontinente latinoamericano. Hoy día parece que el mundo se ha dado la vuelta: Brasil ya supera a España en términos de PIB nominal, y China, por su parte, desbancó a Japón. En este ajedrez moderno, las piezas se están intercambiando: los blancos por los negros y viceversa, los países emergentes por los desarrollados. Las oportunidades de negocio están cada vez más en los emergentes, y los riesgos se están relativizando. A mediados de 2010, por ejemplo, si bien el riesgo soberano para asegurar una emisión de Venezuela o Argentina superaba al de Grecia, el riesgo de Brasil o Chile era muy inferior al de este país OCDE y de algunos otros más.
En esta década veremos la expansión de empresas brasileñas, mexicanas o chilenas en Europa
La crisis actual puede acelerar la expansión de empresas españolas fuera de la Península
Una de las paradojas de la crisis global actual es que América Latina (al igual que Asia) se haya transformado en un salvavidas para muchas empresas europeas, y muy especialmente las españolas. Sin las Américas sería difícil entender que la mayoría de las empresas del Ibex siguen aguantando el chaparrón, con resultados incluso sobresalientes para algunas de ellas, en gran parte llevados de la mano de las cuentas latinoamericanas. El grueso de los beneficios de Telefónica, BBVA o Santander sale hoy día de las Américas. En el caso de Telefónica, América Latina es responsable del 42% de los 29.000 millones facturados en los primeros seis meses de 2010. El ADN de los dos principales bancos españoles es también muy latino. Para el Santander, América Latina supuso ya el 37% de sus beneficios en el primer semestre de 2010, y los directivos del banco anticipan que para el conjunto del año esta cifra se elevará hasta el 45% del total. En el caso de su rival, BBVA, este ya es, desde el primer semestre de 2010, el porcentaje de lo que representa América Latina en sus cuentas de resultados.
Entre 2008 y 2009 la crisis en España se ha sentido en Latinoamérica. Las exportaciones hacia la Península se desplomaron, pasando de 6.000 millones de dólares a menos de 1.200 millones. El impacto ha sido, sin embargo, limitado: España absorbe apenas un 1,6% de las exportaciones de América Latina. Esta cifra es inferior a lo intercambiado con China (7,5% del total exportado en 2009 por el subcontinente latinoamericano). Europa en su conjunto representa algo más del 14% del total exportado por América Latina, sobre todo materias primas. En el ámbito financiero, el papel de España es más importante: los activos de los bancos españoles en la zona se elevan a más de 380.000 millones de dólares, según el Banco de Pagos Internacionales y JP Morgan; es decir, más del 50% de los créditos y préstamos bancarios de los bancos europeos y el doble de los estadounidenses.
En el ámbito de las inversiones extranjeras directas precisamente, también ha preocupado una eventual muerte súbita de los flujos ibéricos hacia el continente. Es cierto que los volúmenes récord alcanzados en años pasados (en el año pico de inversión, 2002, España llegó a representar el 22% del stock total de la IED recibida por América Latina). En esos años la IED hacia los países de la zona alcanzó el 50% de la inversión realizada en el extranjero por las empresas españolas. En 2009, el stock de IED española en América Latina bajó, para situarse en el 13% del total, y ese mismo año la IED hacia América Latina apenas representó el 10% del total invertido fuera del país.
Esto no significa que haya desaparecido el interés por el continente; al contrario. La pérdida de peso relativa de España se debe al auge de nuevos inversores asiáticos que están entrando, así como al propio boom inversor de los latinoamericanos en su continente. Por parte de las empresas españolas, el apetito queda intacto, como lo muestran las operaciones realizadas recientemente. Mientras el Banco Santander tomaba el control total de su filial mexicana, Telefónica hacía lo mismo con Vivo en Brasil. Entre ambos invirtieron nada menos que 10.000 millones de dólares en México y Brasil, respectivamente, en lo que va de año. Por su parte, la petrolera Repsol anunció en 2010 que seguirá apostando todavía más por el continente, con unos 5.000 millones de dólares en proyectos de exploración de hidrocarburos en Brasil, un país donde también quiere emular la estrategia del Santander y sacar a Bolsa su filial local.
Es más: para muchas empresas todavía con niveles de presencia latinoamericana más reducida, la crisis actual en España puede que acelere sus planes de expansión fuera de la Península. Este es el caso, por ejemplo, de Indra, que multiplicó los contratos en la zona a lo largo de 2010, en particular en Brasil, Perú y Chile. En 2010, Acciona firmó, por su parte, el mayor préstamo concedido en América Latina para renovables (375 millones de dólares), mientras Abengoa anunciaba una inversión de 180 millones para desarrollar la mayor planta de cogeneración de México. OHL, por su parte, tiene hoy día más del 85% de su cartera en actividades internacionales, con América Latina encabezando la estrategia. Los proyectos en infraestructuras que planean llevar a los Gobiernos de todo el continente, desde Panamá hasta Brasil, pasando por Colombia o Perú, son muchas más razones para seguir diversificándose hacia un continente que este año crecerá a tasas superiores al 5%, según las últimas estimaciones del BBVA.
Muchas de las empresas españolas llevan más de dos décadas en América Latina. Esta apuesta fue una de las grandes suertes y bazas jugadas. Probablemente también veremos en esta década surgir de la zona otra tendencia: la expansión de las empresas brasileñas, mexicanas o chilenas en Europa. Aquí, también, España haría bien en seguir apostando por América Latina y dar la bienvenida a estos nuevos inversores cuando se presenten a nuestras puertas.
Javier Santiso es profesor de Economía de ESADE Business School.
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