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López considera la Casa de la Paz el símbolo del triunfo sobre la sinrazón

El 'lehendakari', González-Sinde y Elorza inauguran el centro del Palacio de Aiete

El lehendakari, Patxi López, aseguró ayer en la inauguración de la Casa de la Paz y los Derechos Humanos de San Sebastián, que durante años fue la residencia de veraneo del dictador Francisco Franco, que la culminación de la remodelación del Palacio de Aiete supone "una metáfora perfecta del triunfo de la democracia sobre la dictadura, de la libertad frente al totalitarismo de antes y de ahora, de la paz frente a la sinrazón" y recordó que "al igual que la democracia triunfó sobre la dictadura, lo mismo hará con el terrorismo etarra, con la mentalidad totalitaria que aún nos sigue amenazando en Euskadi".

López destacó que el espacio es "una plataforma ideal para todo tipo de actividades a favor de la libertad y de los derechos humanos" y la base sobre la que construir "un país justo y honesto" en el que cobren voz "los que tantas veces intentaron ser silenciados en este país".

Por ello, el lugar se convierte en un punto de referencia, según el lehendakari, "en la defensa de la libertad y de los derechos en Euskadi y en el mundo". Junto al lehendakari intervinieron en el acto la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza.

La ministra mostró su satisfacción por la inauguración del espacio, cuyo presupuesto -3,5 millones de euros- ha sido pagado por el Gobierno vasco (dos millones) y los ministerios de Fomento y Cultura (el otro millón y medio). "Este lugar tiene un simbolismo y un significado que es difícil de borrar", indicó la ministra en alusión a su utilización por Franco, pero "mediante el uso, la ocupación y la transformación ciudadana dejará atrás esa carga negativa". Después, consideró que la Casa de la Paz ejemplifica que "todos los ciudadanos han abrazado la esperanza y han sabido que la paz es la única forma de vivir juntos".

González-Sinde ahondó en la necesidad de adentrarse en la piel de los demás mediante un "esfuerzo de compasión". Y parafraseó a Gandhi para resumir que "no hay camino para la paz, sino que la paz es el camino".

Elorza, quien destacó la Casa de la Paz como un proyecto básico para la candidatura de San Sebastián a capital cultural europea en 2016, abogó por un reconocimiento de la memoria histórica "de ambos bandos" y recordó en su intervención una serie de conflictos y catástrofes, como el terrorismo de ETA, el narcotráfico mexicano, la guerra de Irak, la situación del pueblo saharaui o las inundaciones de Pakistán, que muestran "la lista de violaciones de los Derechos Humanos existente" y que este espacio recogerá.

La Casa de la Paz servirá para tejer una red de actividades que funcionan desde hace ya varias semanas. Por el momento, el ex director de la Unesco Federico Mayor Zaragoza o el embajador español en la India, Ion de la Riva, han participado en sendas conferencias que han sido sólo el principio de una gran cantidad de eventos.

El Ayuntamiento de San Sebastián y la UPV suscribieron en junio un acuerdo para el desarrollo de actividades ligadas con los Derechos Humanos en este marco y también se han firmado convenios con las consejerías de Justicia e Interior para poner en marcha programas enmarcados en los planes del Gobierno.

A la inauguración de la Casa de la Paz asistieron varios consejeros, como Rodolfo Ares, Iñaki Arriola, Gemma Zabaleta o Idoia Mendia; la presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga; el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano; la presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa, Rafaela Romero, así como diputados vascos en el Congreso, miembros de la corporación donostiarra, y varias víctimas del terrorismo.

Los veraneos de Franco

En uno de sus salones, el dictador Francisco Franco pasó veranos despachando con sus ministros, en concreto de 1940 a 1973, y ahora el Palacio de Aiete, tras su inauguración oficial ayer, se erige en Centro de la Paz y de los Derechos Humanos. Entre el cambio radical de usos han mediado años de veraneos de la Familia Real, de dictadura y democracia y de proyectos truncados sobre cómo reutilizar el palacete que corona el monte Aiete.

Los duques de Bailén compraron en 1865 los terrenos y 13 años después el arquitecto francés Adolfo Ombrecht construyó el palacio. Los nobles ofrecieron la propiedad a la reina María Cristina, que veraneó en el inmueble hasta 1893, cuando cambio su residencia estival al palacio de Miramar.

En 1913, los condes de Casa Valencia compraron la finca y el Ayuntamiento de San Sebastián acabó adquiriéndola en 1940, tras un primer intento de compra frustrado en 1887. El consistorio se la cedió entonces al dictador, quien veraneó allí hasta 1973. Tras la muerte de Franco se acometieron las primeras reformas y los jardines se abrieron a los ciudadanos en 1975.

El edificio

El Palacio de Aiete, de estilo neoclásico francés, se compone de bodega y tres plantas. El Centro de la Paz y de Derechos Humanos ocupa una superficie total de 2.160 metros cuadrados. El primer piso preserva el aspecto original recreando una residencia de veraneo de principios del siglo XX, en la segunda planta se ubica el centro propiamente dicho y la tercera se reserva para sus oficinas. El centro cultural, soterrado en uno de los laterales del inmueble, ocupa 1.500 metros cuadrados y los jardines, otros 80.777.

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