La primera final es contra Grecia

La selección española dejó Esmirna con una asignatura añadida, la de olvidar el legado de su pésima primera fase para centrarse en Grecia, su rival mañana en octavos en una nueva etapa del Mundial en que ya no se perdona el más mínimo resbalón. Mientras la expedición española volaba a Estambul tras cerrar su turbulento trayecto en el grupo D con una victoria sobre la floja Canadá (89-67), saltó una sorpresa que tuvo un impacto directo y reconfortante para sus intereses. En ningún caso se enfrentará ya a Estados Unidos, el rival más temido por todos, hasta una eventual final. El golpe de mano de Nueva Zelanda ante Francia (82-70) provocó un vuelco en la clasificación. España pasó del tercer al segundo lugar. Rusia, que ganó a Grecia en Ankara (73-69), iba a ser su rival. Pero el aldabonazo de los neozelandeses deshizo las previsiones y el organigrama de los cruces: si España logra salvar el primer escollo ante Grecia, se enfrentaría en cuartos a Serbia o Croacia.

España se despidió de la fase inicial con otro triunfo arrollador pero con un juego que durante muchos minutos subrayó los síntomas preocupantes de los días anteriores. El equipo español, con un balance de dos derrotas y tres triunfos, ha carecido de chispa y fluidez. No parece aún lo bastante asentado y competitivo pero no ha perdido el pedigrí y cuenta con varios jugadores estupendos aunque tanto su juego de conjunto como las prestaciones individuales de varios de ellos no alcanzaron el nivel esperado.

En el partido ante Canadá el equipo de Scariolo repitió muchos de sus errores de los días precedentes. La línea exterior, en la que no pudo estar Navarro, con dolores en la espalda, concedió demasiados espacios en defensa durante la primera parte. El base y el escolta canadienses, Anderson y Shepherd, sumaron con soltura en la primera parte, la única selección del grupo sin conocer la victoria. Las rotaciones y los desajustes volvieron a apagar la luz del juego español por momentos.

Tras haber abierto una brecha de 11 puntos (28-17), volvió a producirse el reiterado bache que dejó el marcador todavía muy abierto (44-40) cuando ya habían transcurrido 22 minutos. Si el miércoles fue Marc Gasol el bastión sobre el que giró el equipo, ante Canadá fue Rudy Fernández uno de los pocos que tiró de la cuerda en los momentos complicados. Corrió bien, logró buenas posiciones de tiro y defendió con intensidad. Scariolo le dio vueltas al equipo pero hasta bien entrado el tercer cuarto no se desatascó el asunto. Por fin España acabó dominando con autoridad en el rebote (49-28) y eso le permitió evitar los problemas de otras veces.

Por primera vez y aunque de forma fugaz, el seleccionador utilizó a Llull en la posición de base en un apunte a tener en cuenta. El escolta mallorquín actuó mayormente en su posición natural, ya que fue quien suplió a Navarro en el equipo titular. Llull mejoró su rendimiento de sus partidos anteriores. Fran Vázquez se destapó en ataque con 19 puntos y Felipe Reyes mantuvo un buen tono reboteador. El quehacer de los suplentes acabó siendo aceptable aunque no disipó las dudas debido a la endeblez del rival que tuvo enfrente España, y a que fue durante esos primeros 22 minutos en que los primeros espadas estuvieron en alto cuando les costó más encontrar un tono de juego que marcara diferencias ante un rival claramente inferior en todos los aspectos.

La jornada fue larga para el equipo español. Tras su partido, se enfrentaron Rusia y Grecia. El ganador iba a ser probablemente el rival de España, aunque para certificar ese cruce hubo que esperar al último partido disputado en Esmirna, el que enfrentó a Nueva Zelanda y a Francia. La victoria del equipo oceánico lo cambió todo. Si el equipo de Scariolo es capaz de recuperar el juego y la entidad de sus últimos partidos en el Europeo de hace un año, cuando arrolló en los cruces a cuantos rivales le salieron al paso, tendría la posibilidad de alcanzar la ansiada final ante Estados Unidos. Por supuesto, antes deberá demostrar su calidad competitiva empezando por el partido de octavos de mañana ante Grecia. Esa es ahora su verdadera final.