¿Orden público?
Por todos es sabido el insomnio impuesto al que son sometidos muchos ciudadanos en toda la Península. Hay quien toma las calles como bar de copas, solo necesitan unas litronas, unas sillas de playa o en su defecto cualquier banco urbano y un coche tuneado con su consabido equipo de música de altos decibelios. A la música estridente se unen sus voces y sus risas sin horario. Y he aquí que muchos mortales que queremos dormir con las ventanas abiertas sentimos que los tenemos en nuestra sala montando su fiesta que no es la nuestra.
Y hoy en las noticias hemos podido ver cómo un mimo que con su arte provoca la sonrisa, la expectación, la sorpresa y ahí es nada solo con su cuerpo y su absoluto silencio, es detenido por alteración del orden público. No entiendo nada. Al menos me alegro de que haya sido noticia.
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