"No he ido a las 'txosnas'. Recibo aquí en el teatro"

La polifacética actriz Rossy de Palma ejerce como maestra de ceremonias en Pasión sin Puñales, el espectáculo de cabaret que durante esta Aste Nagusia acoge el pabellón de La Casilla.

Pregunta. ¿Cómo es la transgresión en el siglo XXI?

Respuesta. Hay que transgredir sin querer hacerlo. Hoy en día, mucha de la trangresión se basa en elementos externos, como un liguero o un generoso escote. La transgresión tiene que estar en las ideas y tiene que ser natural. Las verdaderas transgresiones no se buscan; si no, es impostura.

P. ¿Cómo surge su participación en Pasión sin Puñales?

R. Cuando me llamaron en Madrid vi el espectáculo y me fascinó. Soy la primera admiradora de estos grandes artistas que han desarrollado una gran especialización en sus respectivas disciplinas. Todo lo contrario que me pasa a mí. He tocado tantos palos que finalmente no me he especializado en nada. Cada uno de ellos tiene un don en lo suyo. Cuando los vi, me dije: yo también quiero participar en esta fantástica troupe. Todo fue muy rápido, pero finalmente todo salió bien. Nos lo estamos pasando genial con estos artistazos. Además, ahora se ha incorporado La Otxoa, qué más queremos.

P. ¿Qué sensaciones le ha transmitido el público bilbaíno que ha visto el montaje?

R. Mucha familiaridad. Me siento la prima de todos. Todos me han recibido de maravilla. Muy campechanos, me siento como en casa. Yo siempre digo que mi madre nació en Tafalla. Yo soy Echave de apellido; somos asturianos vascos, aunque haya nacido en Mallorca. En mi ADN soy una chicarrona del Norte. La gente me trata de maravilla.

P. ¿Ha podido disfrutar de las txosnas?

R. No he ido porque no he podido. Tengo la voz un poco dañada y eso que he sido buena. Si no lo fuera, ni te cuento. Pero he paseado mucho por la calle y lo he disfrutado. Yo recibo a la gente aquí en el teatro. Monto la fiesta en casa.

P. ¿Qué ofrece el cabaret Pasión sin Puñales?

R. Es algo muy insólito. Una mezcla así solo se puede ver una vez en la vida. Nadie se lo debería perder porque es entretenido, dinámico y los números son verdaderamente impresionantes. Es una mezcla de cabaret en el que hay una gran comunicación e interacción con el público. También te puedes tomar una copa o cenar. Es algo que actualmente no se ve. Nadie que ame la escena debe perdérselo.

P. ¿Ofrece durante el desarrollo del espectáculo algún guiño al País Vasco?

R. Pues no. Yo quería cantar Lo dudo en euskera, pero no nos dio tiempo para poder prepararlo. Para este espectáculo solo digo "eskerrik asko". Y también me encanta la palabra "barkatu" ["perdona"].

P. ¿Por qué ahora embarcarse en un cabaret?

R. En los tiempos de crisis el cabaret resurge porque tiene una vertiente melancólica. Se tapan las tristezas con las lentejuelas. Necesitamos en nuestras vidas esa ligereza. Que lo difícil parezca fácil, aunque no lo sea. El divertimento por el divertimento, para poder olvidarnos de los pesares.