"He salvado la vida de bastante gente"
Está tan acostumbrado a ser el héroe en la pantalla que le parece normal que la gente le pida auxilio cuando se avecina una catástrofe digna de película. Lógico: querían que fuese el sucesor de Bruce Lee, pero Jackie Chan (Hong Kong, 1954) siempre ha preferido los tipos normales que, ante la adversidad, se vuelven resolutivos. Gente capaz de hacer piruetas imposibles, mezclar el kung fu con unos cuantos gags y rescatar a la chica del ejército del malévolo antagonista. Y eso que su ídolo es Fred Astaire.
Chan actúa, dirige y tiene su propio equipo de especialistas, The Jackie Chan Stunt Team. Hoy vuelve a la carga con el nuevo The karate kid. Un papel algo distinto, aunque sigue sin decir palabrotas: "Quiero ser un modelo para los niños. Ellos aprenden de lo que hago. Me gusta enseñar, quizá porque yo fui un chico malo durante un tiempo", explica durante la promoción de su útimo estreno en Madrid.
"No va a haber otro como yo, como no ha habido un sucesor de Bruce Lee"
En este remake, Chan es el encargado de enseñar kung fu al hijo de Will Smith, Jaden. Así que no hay karate. "Envié a Estados Unidos a uno de mis mejores hombres para entrenarle. El chico tiene talento, pero le cuesta centrar la atención", comenta. El privilegio de prepararse con Jackie Chan -o por lo menos conseguir una breve lección- es algo que le han pedido muchas, muchas veces. "Demasiadas", se ríe. Recuerda un caso con cariño. "Un alemán se apostó en la puerta de mi gimnasio y dijo que no se iría hasta que le admitiera. Al final accedí. Un día me pidió una foto: '¡Nadie se cree que trabaje contigo!", confiesa, orgulloso.
"No soy tan distinto de los protagonistas de mis películas. He salvado la vida de bastante gente. Puede haber un incendio y que alguien me vea y diga: '¡Es Jackie! ¡Haz algo!'. Entonces organizo el rescate. Es como si estuviera dirigiendo", comenta mientras mueve mucho los brazos. "¿La última persona que salvé? En realidad, la última vez no pude hacer nada y murió". Para animarse, recupera una anécdota reciente en la que lleva a una niña hasta su casa, evitando que pasara por una zona "llena de moteros y mala gente". No es muy espectacular, pero, como él afirma: "Todo es kung fu".
Jackie Chan quita importancia a sus habilidades: "Sí, rodaba yo mismo las secuencias peligrosas. Pero eso es porque cuando trabajas fuera de Hollywood y se plantea una secuencia, te preguntan si te ves capaz de hacerlo. Yo siempre respondo sí", resume. En una pequeña pausa de la entrevista, levanta su cuerpo de la butaca apoyándose en los brazos, se mantiene en el aire y termina con un agresivo movimiento de hombros y muñecas que le hace crujir los huesos. Aún puede repartir mamporros. "En el futuro, otros lucharán y yo sólo hablaré", descarta. "El papel de profesor Han en The karate kid era un reto porque la gente me iba a ver actuando. Solo peleo en un momento". Y adelanta algunos proyectos: "Quiero ir al espacio". En la rueda de prensa anterior, ha tenido que explicar dos veces que prepara un musical que se llama Yo soy Jackie Chan. "En serio", aclaraba, ante las risas del público. "No va a haber otro como yo, como no ha habido un sucesor de Bruce Lee". Por eso le toca salvar vidas de vez en cuando.
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