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El día que el mar de la Costa Brava se 'heló'

Un fenómeno meteorológico poco frecuente hace caer la temperatura del agua más de tres grados en Girona

Rebeca Carranco

Los bañistas que decidieron zambullirse el pasado domingo en la costa gerundense se quedaron helados, casi literalmente. La temperatura del agua descendió más de tres grados en 48 horas debido a la constancia y la intensidad del viento. Muchas personas optaron por quedarse en la arena y esperar. El contraste entre las altas temperaturas y el agua hizo más evidente la sensación de frío.

El fenómeno es raro, pero no excepcional en esa zona. Un fuerte viento arrastra las capas más calientes del agua del mar adentro y obliga a las capas inferiores, más frías, a subir. Ocurrió el domingo en la zona de L'Estartit, en el Baix Empordà. A mediodía, la boya oceanográfica de la estación meteorológica de L'Estartit marcaba 25 grados. El martes, a esa misma hora, estaba en 21,9, según explicó ayer el diario El Punt.

El meteorólogo y responsable de la estación, Josep Pascual, asegura que la intensidad de la caída de la temperatura del agua sí fue extraña: "Más de tres grados en dos días es excepcional". La explicación radica en las rachas de un viento del suroeste, el garbí, que sopló a 69 kilómetros por hora durante todo el domingo.

"El roce empieza a mover la capa superficial de agua, que se va desplazando hacia fuera, lo que obliga a los niveles inferiores de agua a subir", indica el experto.

Normalmente, la temperatura media superficial se sitúa en 19 grados en junio, 22 en julio y 23 en agosto. Las capas interiores están a 14 o 15 grados. "En verano las dos capas se comportan como el agua y el aceite, es muy complicado que se mezclen", explica el meteorólogo.

En invierno, el mayor oleaje y los vientos más frecuentes hacen que el agua esté en constante movimiento y haya corrientes verticales, lo que iguala la temperatura del agua en todas sus capas en unos 12 o 13 grados. Además, el viento, que suele tener una temperatura inferior al agua del mar, enfría la capa superficial, lo que origina que esta aumente su densidad y, por el peso, descienda y se mezcle con las aguas de capas inferiores.

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¿Son peligrosos estos cambios? "Excepto para el turismo, no afecta a nada", asegura Pascual, que destaca que las aguas inferiores son más ricas en alimentos y favorables tanto para los peces como para las algas.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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