Una pandilla en el hospital
Albert Espinosa lleva a TV-3 su experiencia con el cáncer
Para los propensos a poner etiquetas: Polseres vermelles no es una serie de médicos. No cuenta los líos de faldas del personal de enfermería ni tampoco nos sobresalta a mitad de temporada porque un exótico virus ponga en riesgo la salud pública. Esta nueva serie quiere retratar un hospital infantil, así que las batas blancas aparecen en escena apenas 10 minutos, como en la vida real, y los verdaderos protagonistas son un grupo de seis chavales ingresados que ven cómo su adolescencia queda marcada por la enfermedad, aunque no por ello dejan de tomarse la vida como una aventura. Albert Espinosa firma el guión de la serie, que mezcla ternura y humor, y que se está rodando este verano -comenzó en julio y acabará en octubre- bajo la dirección de Pau Freixas y la coproducción de TV-3 y Filmax.
Nadie duda en el rodaje, que transcurre en una antigua mutua recuperada para la ocasión a las afueras de Cabrils (Maresme), que Alex Monner e Igor Szpakowski gozan de buena salud. Para el visitante, sin embargo, ver a los dos actores -que todavía no han cumplido los 16- pelones y en pijama azul corriendo por los pasillos resulta impactante. "No dejaremos de explicar la dureza de la situación que viven los personajes, pero tampoco las emociones. Queremos que esta sea una historia de esperanza", resume Freixas durante una pausa en el rodaje. "Es una apuesta diferente, tiene un factor de riesgo", reconoce Jordi Roure, responsable de Dramáticos en TV-3, "pero en la cadena no podemos ir a remolque de las modas y fusilar con bajo presupuesto lo que ya se hace en EE UU". Hasta ahora esa filosofía realista y la apuesta por series de autor han dado buenos frutos en la televisión catalana: Plats bruts y Porca misèria son dos de sus proyectos más celebrados y en esa línea estratégica encaja Polseres vermelles.
El hombre fuerte tras la nueva producción es Albert Espinosa, guionista de Planta 4ª entre otros trabajos, y autor del exitoso libro El mundo amarillo (Grijalbo), del que se han vendido ya más de 60.000 ejemplares, y que recoge su optimista filosofía de vida después de haber padecido tres tipos de cáncer entre los 14 y 24 años. Ha dedicado seis meses a escribir el guión de toda la temporada, ha contribuido a escoger el director y supervisa el rodaje. La nueva producción contará además con un presupuesto de perfil alto para cuidar su factura, -unos 200.000 euros por capítulo-, como Infidels, que, por cierto, regresa este otoño con 26 nuevas entregas. En el reparto se han incluido "caras desconocidas", dice el director, que ha querido darle así más "verdad a la historia".
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