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Crítica:La lidia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La sombra de Aparicio

La corrida de Alcurrucén tuvo la cualidad de ser un corridón. Los toros dieron excelente juego, excepto el primero, que presentó dificultades a un torero con pocos recursos y un bagaje artístico mediocre. Hablo de Antonio Barrera.

Con una presentación impecable, con buidos pitones, auténticos puñales, ofrecieron una tarde de las de antes. No se echaba de menos a los figurones, con sus ganaderías elegidas para triunfar, con el menor riesgo posible.

Ayer los toros espolvorearon en muchos momentos bravura (a más bravura, más nobleza), pero había que estar en toreros. Los seis cornúpetas exigían el carnet. Solo dos de los diestros podían mostrarlo con dignidad. Uno, Sergio Aguilar, en el único que pudo lidiar, que no matar. Después de una faena iniciada con un buen trasteo, se echó la mano a la derecha para instrumentar dos buenísimas series. En el cambio de mano el toro le avisó y le cogió. Tras una tanda de derechazos volvió a torear con la mano zurda y ahí le cogió con más fundamento. Cuando entraba a matar el pitón le atravesó la garganta y sufrió "importantes y serios destrozos", según fuentes médicas de la plaza. Además, sufrió un puntazo en el muslo. El recuerdo de la espeluznante cogida meses atrás a Julio Aparicio sobrevoló por los tendidos. Aguilar fue atendido en la enfermería y pasó por quirófano en el hospital de Cruces.

ALCURRUCÉN / BARRERA, AGUILAR, BOLÍVAR

Toros de Alcurrucén: corrida muy bien presentada, de gran juego todos excepto el primero que ofreció dificultades.

Antonio Barrera: dos pinchazos y estocada (silencio); pinchazo y estocada desprendida (ovación).

Sergio Aguilar: el toro lo mató por cogida de Sergio Aguilar Antonio Barrera de un bajonazo. (Ovación para uno de los banderilleros de Aguilar).

Luis Bolívar: estocada tras aviso (ovación); gran estocada (oreja); pinchazo, estocada, descabello -aviso- y descabello (despedido con una gran ovación).

Primera de Feria. 22 de agosto. Media entrada.

Sergio Aguilar volvió a torear con la mano zurda y el toro le corneó

El otro torero con aptitudes fue Luis Bolívar. Tuvo que lidiar y matar tres toros. Los dos suyos y el que hubiera sido de Aguilar. Su actuación fue solvente. En su primero estuvo algo remiso, después de un magnífico trasteo. En el segundo (quinto de la tarde) realizó una buena faena, con muletazos largos, templados, ligados, además de pases circulares, matándolo de una gran estocada que le valió cortar una oreja. En el que cerraba plaza perdió la oreja por no andar acertado con los aceros.

De Antonio Barrera muy poco en su haber. En su primero mal sin paliativos, vulgar, sin clase. Y en su segundo vulgar, sin clase, sin dominio, en suma.

El público bilbaíno demostró un conocimiento cabal de lo que pasaba en el ruedo. Cosa rara entre el llamado taurinismo moderno. Fue de nota ver cómo supo aplaudir cuando los varilargueros hacían la suerte de picar con sólidos argumentos. Porque ayer se picó a los toros de Alcurrucén muy bien. Que se valoren algunos buenos pares de banderillas, como se hizo en algunos momentos, es más normal que a la hora de juzgar la manera de picar. Al fin y al cabo la suerte de banderillas está más a la vista, se ejecuta en un espacio abierto. Cosa contraria sucede a la hora de juzgar la suerte de picar. El toro incrusta su cabeza en el peto en tanto el picador mete el palo, y hay que calificar el acierto de quitar al toro el genio sin que por ello pierda bravura.

Sergio Aguilar, corneado en la garganta por el  segundo toro de la tarde cuando entraba a matar.
Sergio Aguilar, corneado en la garganta por el segundo toro de la tarde cuando entraba a matar.EFE

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