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Gente

Los padres de Michael Jackson se divorcian

La pareja fue el pilar del cantante en sus momentos más difíciles

A pesar de sus desavenencias, los padres de Michael Jackson, Katherine y Joseph, siempre se mantuvieron unidos como un sólido pilar en la vida del cantante. Juntos cuando su hijo fue acusado (y exonerado) de pederastia, y juntos de nuevo a su lado cuando su muerte pilló al mundo por sorpresa hace poco más de un año. Pero hasta aquí han llegado, porque tras 60 años de matrimonio, nueve hijos y 26 nietos, Katherine y Joseph se divorcian. Lo que comenzó como un rumor ya lo confirman los medios de comunicación de EEUU, a falta de un comunicado oficial.

Razones no faltan: Katherine y Joseph llevan al menos 5 años viviendo separados, ella en la mansión familiar en Encino (California) y él en Las Vegas. También quedó clara esta separación de hecho en el testamento del cantante, donde el nombre de Joseph Jackson quedó fuera de la lista de herederos. Michael Jackson, en una entrevista en 2007, acusó a su padre de comportamiento violento y abusos. "Mi padre ensayaba con el cinturón en la mano para que no te equivocaras. Nunca te golpeaba durante el ensayo pero luego me veía en problemas", confesó el intérprete cuya carrera dio comienzo en los Jackson Five. Su venganza llegó en el testamento, olvidándose de su prtogenitor a la hora de hacer entrega de su legado.

Las declaraciones de Joe, de 81 años, acusando indirectamente a Katherine, de haber sido la causante indirecta de la muerte de su hijo, fueron la gota que impulsó a la madre de Jackson, devota testigo de Jehová -religión que no cree en el divorcio-, a tomar la drástica decisión de acabar legalmente con su matrimonio. Otro frente legal para los Jackson se abre mañana cuando Conrad Murray, el médico personal del fallecido cantante, suba al banquillo para responder de las acusaciones que pesan contra él.

Michael Jackson, acompañado de sus padres, Joe y Katherine, a la salida de un juzgado en 2005.
Michael Jackson, acompañado de sus padres, Joe y Katherine, a la salida de un juzgado en 2005.REUTERS

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