Viento en popa en Ámsterdam

Varios centenares de fragatas y veleros de todos los tamaños, además de réplicas de naves famosas, entraron ayer en el puerto de Ámsterdam formando una espectacular flotilla de mástiles y velas al viento. Hasta el próximo lunes, todos juntos celebrarán Sail 2010, el mayor evento náutico de Europa. Organizada cada cinco años, esta exhibición de barcos tiene como patrón al príncipe heredero de Holanda, Guillermo I, gran aficionado al mar. En esta ocasión, el primogénito de la reina Beatriz encabezó el desfile a bordo del navío Clipper Stad Amsterdam. También abrió él la ronda de saludos de honor: una salva de cañones escuchada por miles de espectadores, muchos de ellos llegados de otros países para contemplar la ceremonia.

Preparado con ayuda de la Marina holandesa y el Consistorio de Ámsterdam, entre otros, Sail congrega a muchos navegantes anónimos. Las autoridades les permiten acompañar en sus propios barcos a los grandes navíos visitantes. Una libertad que deja hermosas estampas marinas. Ayer, en un momento del desfile, el puerto parecía una versión moderna de los cuadros del pintor veneciano Canaletto. Para los holandeses, amantes de su tradición marítima y que navegan sobre todo en aguas interiores, Sail resulta una experiencia muy gratificante. Les permite disfrutar del aspecto más amable de un mar que deben mantener a raya durante todo el año.

En el desfile de apertura, la estampa de la réplica de la fragata rusa Shtandart, diseñada por el zar Pedro el Grande en 1703, contrastaba con las modernas motos de agua pilotadas por la policía local. Otro de los buques estrella fue el Gotemburgo. De cuatro mástiles, es también una reproducción a tamaño natural de un mercante hundido en 1745 frente a las costas de Suecia, tras un viaje a China.