Tumbarse frente a los peñones
Un monumento natural distingue a la playa de la Costa Tropical
Cada uno busca en la playa lo que más le gusta: unos, chiringuitos; otros, solo el horizonte; los hay que prefieren que la casa esté cercana y hay quien opta por tener a la vista un monumento natural. Eso ocurre en la playa de Puerta del Mar, en Almuñécar (Granada). Aunque está en pleno casco urbano, desde cualquier punto se divisan los peñones de San Cristóbal, el enclave natural que también puede contemplarse desde la playa situada al este y que lleva el mismo nombre.
Absténgase los amantes de la arena fina. Para ellos no están hechas, en general, las playas de la Costa Tropical. Los 900 metros de longitud y 80 de anchura de los que dispone la playa de Puerta del Mar son un mirador privilegiado para contemplar los tres peñones enfilados hacia el mar que se adentran a él a manera de espigón.
Al peñón del Santo, de 30 metros de altura, lo corona un mirador
Almuñécar, Sierra Nevada y la costa se funden con la vista del paisaje marítimo
El peñón del Santo, el de En Medio y el de Fuera están protegidos bajo la figura de monumento natural de carácter geográfico.
Las piedras de la playa te alivian de la arena que se cuela por todas partes, pero son molestas para andar. "Más si no se está acostumbrado", admite un bañista habituado. A cambio, agua cristalina. La zona dispone de todos los servicios imaginables puesto que está a unos metros de los bloques construidos en primera línea de playa. Eso sí, reservar sitio con la sombrilla y volver horas más tarde no está permitido en la localidad sexitana, donde el Ayuntamiento desde hace años multa ese viejo truco de los más madrugadores y cobra por cada día que la sombrilla requisada pase en dependencias municipales.
La vista cuando se está tumbado de cara a los tres peñones no deja de sorprender. "Ni a los que llevamos años viniendo", afirma un madrileño que cada verano descansa en las playas sexitanas. Los tres peñones son un afloramiento rocoso de materiales alpujárrides duros, muy erosionados por la acción del mar. El del Santo es el único que está afincado en tierra. Es el más grande de los tres, con 30 metros de altura y un mirador en la parte superior, de fácil acceso, en la que se ubica una cruz colocada en 1900. El peñón de En Medio se encuentra entre los otros dos. Es el más bajo, diez metros de altura, frente a los 12 del último, el de Fuera, que se alinea con estos adentrándose hacia el mar.
Desde época fenicia ha tenido este punto estratégico, que es una de las vistas más representativas del municipio, una significación especial. Su entorno ha experimentado notables cambios desde principios del siglo XX pero para quienes acudan a esta playa debe ser, al menos a la caída de la tarde, una visita obligada. La subida ofrece impresionantes vistas de gran parte de la costa, las montañas que la rodean y el pueblo de Almuñécar, con el castillo de San Miguel como fortaleza. Un bello paisaje donde se encuentran distintas geografías como las estribaciones de Sierra Nevada, el paisaje alpujarreño y el valle tropical que se funde con el mar.
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