La crisis lleva a los ayuntamientos a derivar inversión a gastos corrientes

La precariedad financiera que sufren las corporaciones locales de la Comunidad de Madrid ha hecho crecer la cifra de Ayuntamientos que destinan a gasto corriente y mantenimiento parte de las inversiones en infraestructuras que el Gobierno autonómico distribuye en el marco del Programa Regional de Inversiones y Servicios (Prisma). Si en 2009 eran 103 los municipios que solicitaron a la Comunidad financiar gastos corrientes con este plan de inversiones regionales, este año el número ha llegado a 142, es decir, 39 localidades más.

La ley impide derivar más del 25% de las inversiones a gastos corrientes como la factura de la luz o el servicio de limpieza, un límite que se ha ampliado desde el 20% establecido en la anterior legislatura. "Afortunado el municipio que no tenga que recurrir al Plan Prisma para cubrir gastos corrientes", declaran fuentes del Consistorio de Alcalá de Henares, un municipio que hasta febrero de este año no ha comenzado a financiar los ocho proyectos que tenía asignados al ejercicio 2008-2011. A cambio, la parte que se podía destinar a gastos corrientes se ha movilizado desde el primer momento.

En el último año 39 corporaciones más han adoptado esta medida

En total, la inversión en gastos corrientes de todos los municipios supone más de 104 millones de euros del presupuesto total del Plan Prisma 2008-2011, según explicó ayer el viceconsejero de Presidencia e Interior, Alejandro Halffter en la presentación del balance de solicitudes recibidas por el Ejecutivo autonómico. Pese a que este programa no se diseñó para aliviar los problemas de caja de los ayuntamientos madrileños, la caída de los ingresos provenientes de la construcción, una de sus principales fuentes de financiación, ha obligado a la búsqueda de alternativas desde todos los ámbitos. La Comunidad decidió por primera vez en 2006 permitir que una parte del presupuesto del Prisma se asignase a los gastos corrientes municipales si así lo necesitaban los consistorios. Un 20% del total de la inversión regional se dedicaba a esta partida en el Prisma 2006-2007. El programa ahora vigente pone el límite más arriba. Desde 2008, los ayuntamientos pueden dedicar hasta un 25% de la inversión a atender gastos. Y cada año hay más ayuntamientos madrileños que aprovechan la oportunidad.

Ahogados por las deudas y asfixiados por la prohibición de endeudarse más a lo largo del próximo año, cada vez dedican menos dinero a construir nuevas infraestructuras que más tarde necesitarán un manteniniemto, un personal y tendrán nuevos gastos a los que no se podrán hacer frente.

Fuentes de la Comunidad de Madrid confirman esta tendencia: "Los municipios más pequeños lo están utilizando desde el principio", explican. Así pues, son los municipios más grandes los que poco a poco van recurriendo a esta parte de la inversión regional. A la espera de las alternativas de financiación que vienen reclamando al Gobierno central, parte del oxígeno para atender los pagos a proveedores, servicios básicos, contratos y facturas llega por otro lado.