El secreto de Rossi peor guardado
El italiano se despide de Yamaha tras cuatro títulos y siete años para firmar por dos con Ducati
Ha sido el secreto peor guardado. El peor guardado por Ducati, que lleva meses intentando, sin éxito, que no se le escape la gran noticia. Y el peor guardado por Valentino Rossi, que se ha esforzado por negar lo evidente. Incluso ayer, cuando el piloto de Tavullia salió a atender a la prensa para responder preguntas sobre la carrera y tuvo que atender un tercer grado sobre su cambio de aires. "Si fuese a Ducati... Un italiano en una marca italiana y con una moto italiana... Sería bonito. Pero veremos qué pasa. Me han dicho que habrá un comunicado a las seis", concedió. Minutos antes, a Ducati se le escapó una foto gigante en su web de su tribuna en Mugello, del fatídico día en que se lesionó en junio pasado, que decía: "Adelante, Rossi". Y sobre ella, la leyenda: "Rossi es rojo". Lo será, al menos, durante las próximas dos temporadas. Y, como ya hizo cuando dejó Honda por Yamaha, lo hará para seguir ganando. Claro que cada año el reto es más grande. Si lo logra, será el primero capaz de ganar un Mundial con tres marcas.
"Aquella pobre moto de 2004 ha mejorado y crecido. Ya sonríe en su garaje", explica
"Así que mi trabajo aquí ha terminado. Es el momento de buscar nuevos retos"
A partir de entonces, y tal y como había prometido -"sobre mi futuro hablaremos en Brno"-, se sucedieron los comunicados, las reacciones, las conferencias de prensa. Y entre tanta información, una carta, escrita de puño y letra por Rossi, el nueve veces campeón del mundo, cuatro de ellas con Yamaha, a la que llegó hace siete años para hacerla, de nuevo, una fábrica ganadora. "Han cambiado muchas cosas desde 2004, pero especialmente ella, mi M1, ha cambiado. Era una pobre moto de mitad de parrilla, ridiculizada por muchos de los pilotos de MotoGP. Ahora la hemos ayudado a mejorar y crecer. Ya sonríe en su garaje", apunta Rossi en esa carta de despedida.
Nadie le quita la razón. Él hizo ganadora a la Yamaha. Y nadie sabe si será capaz de hacer lo mismo con la Ducati. Pero sí hay un tremendo paralelismo con el momento en que se marchó de Honda, la campeona cuando él la dejó. No estaba contento. Su trato con el equipo y la escudería habían cambiado. No se sentía tan importante. No era indispensable. Y quiso probar nuevos retos. Lo mismo ocurre ahora. Rossi ya no es indispensable en Yamaha. "Es el momento de buscar nuevos retos. Mi trabajo aquí ha terminado. Las mejores historias de amor tienen un final", dice.
La gran duda sigue siendo si su mecánico de confianza, su inseparable Jeremy Burgess, le acompañara. Cuando dejó Honda, Rossi le insistió hasta la saciedad. Lo quería con él. Ahora, en un proyecto totalmente italiano, el hombre clave es Filippo Preziosi, director técnico de Ducati.
Pedrosa seguirá en Honda
Dani Pedrosa hizo ayer, también tras la carrera, toda una declaración de intenciones: "Yo quiero quedarme en Honda. Estamos hablando sobre el futuro y creo que la resolución está cerca", afirmó. El piloto de Sabadell, vinculado a la casa japonesa desde sus inicios en 125cc, está a punto de cerrar su acuerdo con la marca del ala dorada. Aunque todavía hay que cerrar algunos detalles, entre otros los años de duración del nuevo contrato.
La confirmación de su continuidad llegará en las próximas semanas, bien en Indianápolis, bien en Misano. La noticia, además, cierra algunas puertas a Jorge Lorenzo, que no tendrá muchas más armas con que negociar su mejora y ampliación de contrato con Yamaha si las grandes fábricas han anunciado ya a sus pilotos: Rossi y Nicky Hayden, en Ducati; Pedrosa y Casey Stoner en Honda.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.