_
_
_
_
Análisis:Ida de la Supercopa española
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un buen plan, un mal desenlace

Ramon Besa

Más que su futuro a corto plazo, a Guardiola le ocupa especialmente dejar montado un equipo excepcional para cuando tome la puerta de salida del Camp Nou. Así se explica su irritación por el traspaso de Chigrinski y, aun cuando puede parecer un contrasentido, también su fe ciega en la cantera, por encima de los intereses particulares, especialmente los mediáticos, que se han pasado el verano con el culebrón del fichaje frustrado de Cesc y ahora están con el futuro de Ibrahimovic.

Al técnico azulgrana no le interesan los álbumes de cromos ni las partidas de la PlayStation, sino que se pasa la vida en la ciudad deportiva con la obsesión de mejorar y evolucionar el juego del Barça. La personalidad del equipo manda sobre cualquier personalismo. Y hoy por hoy, el estilo futbolístico del Barcelona es reconocible con independencia de la alineación que disponga el entrenador, como ocurrió anoche en Sevilla en la ida de la final de la Supercopa.

La formación azulgrana estaba más condicionada que nunca por cuestiones del calendario, por asuntos administrativos y mercantiles y por el propio torneo, que no tiene razón de ser a doble partido, y menos cuando la ida se celebra después de un amistoso de la selección. No era fácil cuadrar una alineación por las circunstancias externas, por la normativa de la competición, que exige la presencia de siete jugadores del plantel profesional, y también por el intervencionismo del propio Guardiola, tan a gusto con el jeroglífico planteado que todavía lo complicó más.

Preocupado por la salud de sus futbolistas, el técnico azulgrana prescindió de los ocho campeones del mundo y, además, no contó de salida con Messi ni con Adriano y puso a Miño de portero, a Sergio Gómez de central diestro y a Oriol Romeo como pivote, tres jugadores prácticamente juveniles, frente a un rival del calibre del Sevilla con un título en juego. A Guardiola nunca le tembló el pulso a la hora de cantar el equipo porque cree ciegamente en su plan de juego. Y los jóvenes futbolistas respondieron a las exigencias del equipo hasta que el equipo se desfondó.

No perdió el Barça solo por la alineación, sino por su falta de preparación y sobre todo de físico. Los errores de bulto, por lo demás, los cometieron los veteranos más que los noveles y el remonte del Sevilla llegó con Messi ya en la cancha. La rueda de cambios giró decididamente a favor del equipo andaluz, de juego más directo e intimidador, con más oficio, selección, efectividad y pegada, mejor entrenado porque lleva un mes en el campo de prácticas. Aunque salió derrotado y el encuentro se le hizo muy largo y perdió el control del juego, el Barça fue un equipo valiente y fiel a su ideario futbolístico.

Más que la Supercopa, a Guardiola le preocupa ganar jugadores y gestionar bien el vestuario a fin de armar un buen equipo de fútbol. La cantera del Barça parece inagotable. El problema, si acaso, continúan siendo los fichajes. No es fácil saber qué jugadores necesita el Barça y cuáles quiere Guardiola.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_