El olvidado de Buñuel

A los 60 años de su estreno, la película Los olvidados es una de las más celebradas obras de Luis Buñuel y un crudo retrato de la miseria humana. Aunque el entusiasmo no comenzó desde su primera proyección, el 9 de noviembre de 1950 (Buñuel, nacionalizado mexicano un año antes, fue acusado de "denigrar a México"), su triunfo como mejor director en el festival de Cannes de 1951 consolidó su legado. La obra fue celebrada como un fiel retrato de "la mitad oscura del hombre", según Octavio Paz, entonces embajador en París y que había asistido a Cannes como delegado del Gobierno mexicano.

El entusiasmo de Paz quedó plasmado en una serie de cartas que intercambió con Buñuel entonces. "Los comentarios no pueden ser más entusiastas. Prévert declaró que era la mejor película que había visto en los últimos 10 años. Cocteau citó a Goethe, quien había afirmado que el mejor músico de su época era Beethoven. ¿Y Mozart?, le dijeron. 'Mozart no es el primero, ni el segundo: es único, está aparte'. Así digo de Buñuel. Ni es el primero, ni el segundo. Es único", afirma en una carta fechada el 16 de abril de 1951. Pero nadie tuvo palabras para Jesús R. Guerrero (Numarán, México, 1911), escritor y periodista poco conocido, que había publicado seis años antes una novela que hablaba de la miseria con una dureza similar a la de Buñuel. ¿Su nombre? Los olvidados.

La obra literaria retrata la miseria con la misma crudeza que el filme

La hija del escritor asegura que el director no pidió permiso a su padre

La novela fue la segunda obra de Guerrero, que en total escribió seis novelas y un libro de cuentos. El escritor mexicano José Revueltas es autor del prólogo de la primera (y hasta hace un año única) edición del libro. "Sus hermosas páginas de piedra laten y respiran una expresión fidedigna, directa y pura. No hay ninguna retórica que pueda empañarlas, no hay ninguna simulación, sino la mano brutal y varonil tras de la cual vibra, primigenio, casi como anterior al hombre, el sollozo", describe Revueltas. Un estudio de la Universidad de Texas realizado en 1997 señala a Guerrero como "uno de los pocos escritores mexicanos que supo retratar con realismo y crudeza los problemas de la sociedad de su tiempo". Pero pocos más lo recuerdan. En su pueblo, Numarán (oeste del país), le rindieron un homenaje poco antes de su muerte en 1979. La página web de su Ayuntamiento lo menciona como "personaje ilustre". Otra de las contadas fichas biográficas que se pueden hallar en la web ni siquiera da cuenta de su muerte.

Guerrero fue profesor y trabajó como editor en algunos periódicos mexicanos. Se casó dos veces y tuvo dos hijas. Una de ellas, Morelia, relata que su padre "escribía muchísimo y escribía a mano". Afirma también que entre sus amigos estaban Revueltas y el propio Paz. Y que ni Buñuel ni Luis Alcoriza, el otro guionista citado en la cinta, pidieron permiso a su padre sobre su libro. El cineasta no lo menciona ni en su autobiografía Mi último suspiro, publicada en 1982, ni en ninguna nota de producción.

Salvo pocas menciones, el asunto se mantuvo en el olvido hasta diciembre del año pasado. El Instituto Politécnico Nacional de México, donde Guerrero dio clases de literatura durante 30 años, publicó la segunda edición de la novela, 65 años después. "Son dos obras que hablan de lo mismo y culminan en lo mismo", afirmó en la presentación del libro el crítico de cine Gustavo García. Los editores afirman que este no será el único libro que reeditarán de Guerrero. Hay planes para lanzar otra obra suya. Curiosamente, el reconocimiento no era buscado por el escritor. "Él no necesitaba mucho dinero, con escribir bastaba", afirma la hija. Tan es así, que su familia aún guarda algunas novelas que Guerrero nunca quiso publicar.