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Crítica:LIBROS / Ensayo
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Entre Clarín y Ortega

Ensayo. El nombre del periodista y escritor Fernando Vela, seudónimo de Fernando Evaristo García Alfonso (Oviedo, 1888- Llanes, 1966), suele recordarse asociado al del filósofo José Ortega y Gasset tanto como al de Revista de Occidente. Vela accede al cargo de secretario de redacción de esta avanzada revista cultural en 1923, tras abandonar temporalmente su trabajo de redactor en el madrileño diario El Sol. Ortega le propuso aquel proyecto en uno de sus paseos madrileños; quería crear una publicación de estilo y vocación europeos para promover en España la difusión de la alta cultura, de los avances de la ciencia y las artes. Vela fue el alma organizadora y el seleccionador que sopesaba las colaboraciones para la revista; esta enseguida alcanzó fama internacional por su refinada calidad y su decidido cosmopolitismo.

Fernando Vela. Ensayos

Selección y prólogo de Eduardo Creus Visiers

Fundación Banco de Santander

Madrid, 2010

330 páginas. 20 euros

Ostentó este cargo hasta 1936, cuando la Guerra Civil le obligó a exiliarse a Tánger. Ni los republicanos ni los franquistas lo vieron con buenos ojos, ya que Vela era orteguiano hasta la médula también desde el punto de vista político, es decir, ni de derechas ni de izquierdas, sino todo lo contrario. Parece ser que un aprendiz de filósofo del que Vela había rechazado una colaboración lo denunció a los ejecutores republicanos en aquel Madrid convulso de los paseos nocturnos sin retorno. Aun así, el asturiano había contribuido como pocos al advenimiento de la República desde sus colaboraciones del madrileño diario El Sol. En Tánger colaboró en el diario España, donde disfrutó de cierta libertad para permanecer en contacto con Europa. Tras la guerra, cuando Ortega regresa a Madrid, en 1945, Vela retorna también para acercarse aún más al maestro. En 1963 reaparece Revista de Occidente, y colabora como consejero de redacción; pero ya no se sentía tan fresco de mente como antaño. Decía que su vida intelectual se inició con la muerte de Clarín y terminaba con la de Ortega, "esos dos grandes hombres", sus maestros inspiradores, lo mismo en la crítica literaria y el periodismo que en el pensamiento. Sin embargo, Vela gozó de méritos propios: fue un excelente cronista y un prolífico autor de artículos varios; pero también de sorprendentes ensayos, que abarcaron desde la glosa local hasta la antropología filosófica. En 1924 publicó bajo otro seudónimo un folleto dedicado al fútbol y al rugby, y pronto su primer libro de ensayos: El arte al cubo. Fue traductor de alemán, francés e inglés, y también escribió las biografías de Mozart y Talleyrand. En los volúmenes El grano de pimienta y Circunstancias recopiló algunos de sus mejores artículos de prensa.

La Fundación Banco de Santander recupera en el espléndido volumen que reseñamos una parte representativa de la obra fundamental de Vela. Ahora, con estos 39 textos tan variados, el lector inquieto obtiene una buena muestra de este "pensar por ensayos" de Vela, según afirmara Eugenio D'Ors. En realidad, todo pensar es un ensayo de preguntas y un aporte de posibles respuestas sazonadas con la guinda de las propias opiniones, nacidas de la observación, la experiencia y la crítica. Tal es el pensar que ofició Vela en su vida de intelectual moderno, de espíritu joven y comprometido con los avances e inquietudes de su tiempo. Al hilo de atinadas reseñas literarias o de retratos y perfiles de los autores a los que admiraba, desgrana sus propias impresiones e ideas, hoy todavía frescas si se capta su esencia.

Llama la atención en sus textos la irreductible pasión por lo nuevo. En sus trabajos de los años veinte y treinta, Vela abogaba por defender los novísimos medios de expresión artística, como el incipiente arte del cine o el surrealismo; su ensayo Desde la ribera oscura, sobre la estética del cine, es clarividente al apostar por este emergente medio de expresión. Vela atacó el intelectualismo erudito y rígido, en favor de las nuevas formas más "informales" de cultura y arte; sobre todo, siempre se mostró entusiasmado con las diversas facetas que adopta la creatividad humana, y hasta veía necesaria la "puerilidad" en la que a menudo se apoya el acto creador.

Esta selección recoge ensayos de diversas épocas: desde los primerizos dedicados a su patria chica, la bella Asturias, hasta los más concienzudos sobre Ortega o Goethe. Contiene asimismo un excelente ensayo inspirado por un viaje a Inglaterra, lleno de humor y sabiduría, o este otro texto hagiográfico sobre Charlot. Vela es claro, poético, atinado en sus reflexiones, de mente circunspecta; hombre en la sombra que reflexiona con pasión, pero sin alardes ni vanidad: es una delicia leerlo.

Son ensayos que hoy aportan conocimiento testimonial e histórico de las inquietudes intelectuales de la época de entreguerras, una de las más intensas de la cultura española, y también algunos chispazos destacados del seco erial cultural que vino después. Quizá cueste reconocer a Vela como un gran autor del pensamiento contemporáneo hispánico, aunque fuera uno de sus artífices; pero al menos su figura quedará para siempre semiiluminada. Entre Clarín y Ortega hubo otros tantos nombres valiosos; con este libro excelente recuperamos el de Fernando Vela entre los más sobresalientes.

Fernando Vela.
Fernando Vela.SCIAMMARELLA

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