Tàpies, la materia siempre
La fundación del artista rescata obras poco conocidas de su colección
La excusa es una obra realizada con un trozo de madera con forma de ojo al que el artista realizó unas sencillas incisiones que asemejan la pupila. Fusta pintada i rascada, de 1960, es la única obra que no pertenece a la colección de la Fundación Tàpies de entre las que se exhiben en la nueva presentación de estos fondos que se inaugura hoy en la entidad. Pertenece a la colección del artista, que la recuperó hace poco tras permanecer muchos años en manos privadas y refleja el interés que siempre ha tenido Tàpies por reutilizar materiales de todo tipo para transformarlos en objetos artísticos.
Este es el hilo conductor de la exposición que puede verse hasta el 26 de septiembre. "El montaje es cronológico porque siempre procuramos que durante los meses de verano el público pueda conocer un poco mejor la trayectoria del artista de manera clara, pero hemos procurado que en cada periodo haya alguna obra que muestre su interés constante por los materiales", explica Núria Homs, comisaria de la exposición.
El documental 'Te de Tàpies', de Carolina Tubau, se ha editado en DVD
El recorrido comienza por la planta sótano del edificio con una excepcional sala dedicada a las obras de los años cuarenta y cincuenta. Así, junto a algunos de los muchos autorretratos que se hizo el artista en plena posguerra, puede apreciarse cómo este interés por la utilización de objetos o elementos extraídos directamente de la realidad viene de lejos. En una pared puede verse una de sus obras emblemáticas de entonces, Zoom, y, a su lado, otra obra de 1946, Capsa de cordills, realizada con cartón e hilo de coser. "Al principio era una cosa muy intuitiva, pero ya conocía los collages que habían realizado otros artistas como Miró", señala Homs.
De este periodo, en plena etapa del grupo Dau al Set del que fue uno de sus miembros principales, se exhiben otras pinturas surrealizantes, algunas de las cuales no eran muy conocidas por el gran público. "Intentamos recuperar obras de nuestros fondos que hace tiempo que no se han exhibido", comenta Homs ante Ellos acusan, de 1951, una extraña pintura con tonos verdes, algo muy inusual en el artista, en la que incluye varios autorretratos.
El montaje, que ocupa las tres plantas del edificio que hace unos meses estrenó reforma, presenta no pocas sorpresas y demuestra una vez más que, aunque no lo parezca, Tàpies es un artista siempre por descubrir. Recorre la trayectoria del pintor con salas dedicadas a las materias pobres y radicales de los años cincuenta que marcaron su estilo, en el que la progresiva incorporación de una gama cromática austera (marrones, ocres, negros, blancos, algún rojo, etcétera) se combina con la utilización cada vez más creciente de materia y objetos encontrados que incorpora a los cuadros (como en Gran blanc amb llauna blava, de 1972) o la inclusión de una serie de símbolos limitados (cruces, ojos, torsos, sillas) con los que crea un universo propio que trasciende la literalidad del objeto representado.
De hecho, del trasfondo de estos signos y materias que llenan su obra habla Te de Tàpies, un documental dirigido por Carolina Tubella y realizado por TV-3 que se emitirá de forma continuada en la sala de actos de la fundación durante el horario de apertura de la exposición. El documental, una interesante puerta de entrada al universo de Tàpies, acaba de ser editado ahora en formato DVD por el canal televisivo, Enciclopèdia Catalana y la propia fundación en un librito que incluye un prólogo de Manuel Borja-Villel y una pequeña recopilación de algunos de los siempre imprescindibles textos teóricos del artista.
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