El filántropo más generoso
El cohecho impropio ¿puede afectar a las monarquías? Poner un avión privado y un yate a disposición de cualquier político para disfrutar de una confortable luna de miel en las islas de la Polinesia estaría muy mal visto. A cualquiera que se le pudiera demostrar el disfrute de tales regalos tendría muy difícil su supervivencia en la vida pública. En España, con el caso Gürtel como faro, tenemos abundante documentación al respecto. El diputado autonómico madrileño, Benjamín Martín Vasco, está imputado, entre otras cosas, porque la trama le pagó (presuntamente) el viaje de novios; sí, a la Polinesia.
La boda entre la princesa Victoria y su entrenador personal, Daniel Westling, hoy también príncipe y duque de Västergötland tras su entrada en la familia real, causó no pocas controversias en el país nórdico. Recordemos que se trata de la única mujer en el mundo que es, actualmente, heredera a un trono. La situación de ambos antes de la ceremonia ya era impensable en cualquier otro país: vivían juntos en el apartamento que la princesa ocupaba en el palacio Real. Las críticas han continuado con el viaje de novios.
Bertil Hult es un empresario y filántropo sueco, muy reconocido en su país. Tanto como para haber sido elegido sueco Internacional del Año en 2006. Disléxico, como la princesa Victoria, tuvo muchas dificultades en su juventud para abrirse camino. Ahora, ambos coinciden en importantes organizaciones sin fines de lucro dedicadas a ayudar a niños y jóvenes disléxicos.
Hult ha querido contribuir al bienestar de la pareja real cediéndoles su jet privado y un yate: aproximadamente, un millón de euros. Aparte de las críticas en la prensa, se han presentado tres querellas por parte de ciudadanos y el fiscal anticorrupción ya está investigando.
La generosidad de Hult, ¿se debió únicamente a su amistad con la familia real? ¿Pretende alguna contraprestación a su generosidad? Príncipes y políticos deben entender que es necesario que su vida esté expuesta a la mirada de la ciudadanía. Y tendrán que extremar sus cuidados con las ayudas recibidas para disfrutar de exóticas puestas de sol y collares de flores, si no quieren que se extienda la sombra de la sospecha.
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