El Ayuntamiento advierte del alto nivel de partículas de polvo sahariano
Una masa de aire africano recorre Madrid desde el lunes. El Servicio de Vigilancia del Aire del Ayuntamiento registró ayer niveles altos de partículas de polvo en suspensión. El índice medio ayer era de 49 microgramos por metro cúbico de aire, lo que supone un riesgo leve para la salud. El Ayuntamiento recomendaba a las personas con problemas respiratorios que extremaran las precauciones y evitaran realizar actividades que impliquen un esfuerzo físico al aire libre.
De las 25 estaciones de medición distribuidas por la ciudad, los valores más altos se detectaron ayer en la zona de la Castellana, con 56 microgramos por metro cúbico de aire, y en Cuatro Caminos, con 58 microgramos.
El límite máximo diario cifrado por la legislación europea para emisiones de plomo, uno de los elementos de la arena del desierto, es de 50 microgramos. En todo caso, solo se alcanzaría el umbral de alerta si se produjesen niveles medios por encima de 50 microgramos durante 35 días en un periodo de un año. Los técnicos del Ayuntamiento, que prevén que la masa de aire sahariano permanezca en el cielo madrileño hasta el día de hoy, mantendrán las mediciones durante el verano para evaluar la intensidad de la contaminación.
Según los expertos, la peligrosidad de las partículas de arena desértica depende de su grado de concentración y de los materiales que contenga, entre los que además de plomo suelen encontrarse también el aluminio, silicio, manganeso y hierro. El tamaño de las partículas influye también. "El riesgo es mayor cuanto más pequeñas sean las partículas contaminantes, por su facilidad para entrar por las fosas nasales y llegar al tracto respiratorio y la sangre. En comparación con otras partículas, por ejemplo las procedentes por la combustión de un motor diésel, las de arena desértica tienen una menor incidencia porque son más grandes", explica el responsable del área de contaminación del aire de Ecologistas en Acción, Juan García.
Las altas temperaturas, la concentración de dióxido de nitrógeno y de ozono troposférico -conocido como el ozono malo, frente al
bueno, el estratosférico, que actúa de filtro de la radiación ultravioleta- aumentan el riesgo de problemas respiratorios, sobre todo para personas asmáticas.
Para reducir el número de partículas contaminantes en el aire, el Ayuntamiento recomienda el uso del transporte público.
