DEBUTANTES
Mi primera vez fue la delicadeza: yo era como un libro, él pasaba las páginas. Mi primera vez me ayudó a abrirlo, a ponérmelo, a relajarme, a excitarme de nuevo, y encima casi se le queda dentro. Mi primera vez llegó la chica, le di tres billetes -al principio (pienso que esto fue un error)-, me lo hizo, se fue. Mi primera vez ¡no sé si cayó dentro o fuera! Mi primera vez teníamos los dos jaqueca. Mi primera vez me cagué en los putos curas, en mis padres y en mi tutora. Mi primera vez hice lo que me pidió. Mi primera vez le pedí lo que hicimos. Mi primera vez fui su trofeo y yo nada. Mi primera vez a los cuarenta, ¿que si me arrepiento? Mi primera vez fueron dos dedos con forma de hombre. Mi primera vez mis padres lo sacaron de la cama a golpes. Mi primera vez me había prestado su coche un colega, con el ansia no eché el freno y acabamos contra el pretil del puerto, casi con los peces. Mi primera vez, los granos de arroz clavándosenos por todos lados, borrachos, con la fresca madrugada por la ventana del hotel como una miradita. Mi primera vez fui, vi, vencí; ahora, ¿cómo se llamaba? Mi primera vez no fui yo, fui ella. Mi primera vez dejamos la luz, desde entonces el cerco de la lamparita nos enciende. Mi primera vez gracias, gracias, gracias, gracias. Mi primera vez fue mi hija Angelita, solo hasta 2º de ESO, años sin hablar con mi madre, su padre: un cabrón, mi marido y yo la adoramos. Mi primera vez soporté el dolor pensando vendrán otros, les abro mi camino, mi corazón, mis noches. Mi primera vez fui entera un regalo, y todavía o soy eso o nada. Mi primera vez corrí como un loco, pero ella me adelantaba. Mi primera vez y la única, culpa, tristeza, soledad... esperanza. Mi primera vez, un rapto de mi prima; menos mal que se fue a vivir lejos. Mi primera vez juré amor eterno a ese caduco. Mi primera vez me devolvió la fe en Dios. Mi primera vez que si música, que si la tele, que esto sí, esto no, que un límite..., cuando suben en el ascensor, cerramos y tras la puerta ellos llaman, nosotros gimiendo. Mi primera vez conocí al loco que llevo dentro, que me posee y me llama. Mi primera vez supe: esto no, deberé nadar a la otra orilla. Mi primera vez mis padres nos dejaron dos albornoces, y salieron a darse un paseo... Mi primera vez había esperado, esperado, esperado para ver si, para ver si, y luego el ladrón ni esperó ni vio si. Mi primera vez, por supuesto, es un secreto. Mi primera vez la olvidé con la segunda, esta con la tercera, así sucesivamente; como de la última ni me acuerdo, a veces pienso en la que comenzó todo. La gente habla mucho, yo: la próxima vez.
La empresa Sanrio abrirá en octubre un gran complejo de la gatita en Odaiba
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