Revulsivo taurino
La feria coruñesa comienza con más público tras la prohibición catalana
En una ciudad como A Coruña, con dos décadas organizando una feria taurina con subvención pública en un recinto municipal cerrado, los toros parecen volver a estar de moda. La reciente prohibición de la lidia en Cataluña ha dado alas a las corridas en esta esquina del norte atlántico que dejó de tener plaza fija hace más de 40 años, afirman sus organizadores. Arrancaron ayer con un récord de público tres jornadas de lidia. No hubo lleno total, pero poco le faltó. "La venta de entradas va como nunca, la decisión de Cataluña nos favoreció, ha sido un revulsivo y vamos hacia un casi lleno por primera vez en 20 años", aseguró el empresario taurino Luis Álvarez. Sostiene que no se lo esperaba. Pero se frota las manos. "A Coruña siempre tuvo una importante tradición taurina y esto va a más", sentencia.
El Ayuntamiento subvenciona la temporada de lidia con 128.000 euros
La plaza de A Coruña que estaba al pie del parque Santa Margarita desapareció en 1967 y durante 24 años sin corridas se fue desvaneciendo la afición. Sólo sobrevivió, sin apenas actividad y miembros cada vez más ancianos, una única peña taurina. Ahora ya hay 14 "que mantienen viva la llama todo el año".
Lentamente, desde la reaparición de los toros en A Coruña en 1991, con la primera feria organizada en el Coliseo se fue "recuperando tradición y afición", explica Álvarez. Aquellas primeras corridas en un recinto municipal de espectáculos reconvertido, cada año, en coso gracias a la copiosa subvención del Ayuntamiento (128.000 euros en esta edición) dejaban mucho que desear. "El Coliseo tenía grandes deficiencias, los corrales estaban mal hechos, pero poco a poco se fue mejorando", dice el empresario madrileño.
El contrato con el Ayuntamiento, adjudicado por concurso, le obliga a traer siempre matadores y toros de "primera categoría" y "eso también atrae al público". Enrique Ponce, Sebastián Castella, Miguel Tendero o Luis Bolivar encabezan el cartel de la feria que se celebra este fin de semana. Anoche casi se completó el aforro, de 8.000 personas. Y el objetivo está en aumentar a 1.200 abonados en 2011, tras dos años con buena taquilla, con un precio, para los tres días que oscila entre los 193 y 51 euros.
Detractores del toreo también hay, y numerosos. Álvarez reconoce que atraer a las nuevas generaciones al mundo de la lidia es aún una asignatura pendiente en Galicia, donde la afición se concentra entre Pontevedra, única ciudad con plaza permanente de toros, y A Coruña. El BNG, socio de gobierno del PSOE en el Ayuntamiento coruñés, es un firme opositor a esta feria subvencionada con dinero público y promociona actividades y conferencias antitaurinas. Pero la plataforma Galicia Mellor Sen Touradas descartó, por contraproducente, organizar protesta alguna durante la feria que comenzó anoche. "La tauromaquia acabará por desaparecer, pero no queremos forzar las cosas y preferimos trabajar a largo plazo, durante todo el año", explica un portavoz. Aprovechar la prohibición en Cataluña puede tener "un efecto boomerang", reflexiona.
La plataforma prefiere aparecer con acciones como la denuncia que anunció ayer contra la televisión autonómica de Castilla-León, si cumple su propósito de retransmitir el domingo, en directo y en horario infantil, la corrida de A Coruña. Bea, que ronda la cuarentena y sin afición especial al mundo de la lidia, razonaba así, ante la taquilla, su decisión de no perderse el festejo de este año: "Hay que ir a los toros porque se van acabar".
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