Medvédev toma el mando de la lucha contra los incendios

Los incendios forestales que devastan la zona central de Rusia continuaban ayer e incluso se extendían. Por ello, tras interrumpir las vacaciones que ya había iniciado en Sochi, en el mar Negro, el presidente Dmitri Medvédev dirigió en Moscú una reunión del Consejo de Seguridad en la que insistió en la necesidad de custodiar de forma especial los centros estratégicos y anunció el cese de varios oficiales de la Marina por negligencia delictiva. Los cesados, entre ellos cinco altos cargos, son responsables de una base secreta de aviación situada en Kolomna, en la provincia de Moscú. La base, con todo su equipo, quedó reducida a cenizas entre el 29 y el 30 de julio. Medvédev realizó una advertencia al comandante en jefe de la flota, almirante Vladímir Vysotski, y avisó: "Si sucede algo semejante en otros sitios, procederé de la misma manera". Antes, los representantes militares habían negado el suceso.

Sin controlar seguía el incendio en los bosques cercanos al Centro Nuclear Federal (CNF), ubicado en la ciudad cerrada de Sarov, en la provincia de Nizhni Nóvgorod, en el Volga. Del CNF han sido evacuadas todas las sustancias explosivas y radiactivas, según manifestó Serguéi Kiriyenko, el jefe de Rosatom, que es la institución estatal responsable de la energía atómica en Rusia.

En la reunión convocada por Medvédev, Kiriyenko explicó que el incendio en las cercanías del CNF no representa un peligro para la seguridad nuclear, radiactiva y ecológica, pero sí entraña el riesgo de perder unas instalaciones caras e importantes que cumplen encargos del Estado. El CNF, uno de los pilares de la energía atómica militar de la URSS, está sometido a un régimen especial. El número de efectivos empleados en la extinción del incendio que amenaza el CNF ha ido en aumento y ayer había más de 3.000 personas movilizadas (entre ellas también presos), y se habían pedido refuerzos al Ejército. Las autoridades consideraban la utilización de robots especiales en zonas donde no podían llegar los humanos.

Kiriyenko dijo que en Rusia hay 72 instalaciones peligrosas, de las cuales 13 están en territorios donde se ha declarado situación de emergencia.Kiriyenko mencionó también la existencia de "varios" incendios en los Urales, y en concreto de la fábrica Trejgorni, una empresa de producción militar perteneciente a la jurisdicción de Rosatom. Ese fuego, según dijo, estaba "totalmente localizado el sábado" y "no hay amenaza" para la fábrica.

Moscú permaneció ayer todo el día envuelto en una densa capa de humo que borraba las siluetas de los edificios. La concentración de sustancias tóxicas en el aire superaba varias veces la permitida y la temperatura en la capital volvió a batir récords históricos para la fecha, al alcanzar los 34,3 grados, lo que supone 0,3 grados por encima del 4 de agosto de 1880. Se trata del decimoquinto récord de temperatura registrado este verano en la ciudad. A causa del humo, los aeropuertos moscovitas funcionaron con restricciones. En la provincia de Moscú se han cerrado los campamentos infantiles y los periodistas necesitan una acreditación especial para desplazarse a las zonas siniestradas.

El ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigú, manifestó ayer que en la zona central y del Volga se han registrado 246 focos de incendios que afectan a una superficie de 120.000 hectáreas. En total, el fuego se ha cobrado la vida de 48 personas. Según Shoigú, ayer por la mañana había en Rusia un total de 520 incendios y en las últimas 24 horas se han registrado 403 nuevos fuegos, al tiempo que 293 se han apagado.