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Crónica:ATLETISMO | Campeonatos de Europa en Barcelona
Crónica
Texto informativo con interpretación

Chema Martínez, por fin

El fondista de 38 años logra la plata, su primera medalla en la maratón

Amaya Iríbar

La maratón es como la marcha. Cuando los atletas se enfrentan a esta carrera, no saben siquiera si podrán terminarla. Es la prueba extrema, la que pone el cuerpo al límite de sus posibilidades: 42,195 kilómetros de sufrimiento total. La de ayer en Barcelona, en un día no tan caluroso como podía esperarse en pleno verano (25 grados), nuboso pero con un 74% de humedad, dejó imágenes como estas. Rafael Iglesias —policía de profesión, excelente estado de forma, "uno de los tapados", decían en la federación— parándose a dos pasos de la meta, obligándose a cruzarla cuando ya no sabía ni dónde estaba y desplomándose en el suelo nada más terminar, completamente ido, exhausto, muerto. La de Stefano Baldini, el campeón olímpico de Atenas 2004 y europeo hace cuatro años, sentado en la acera tras abandonar en el kilómetro 20. Pero, sobre todo, al menos para el público y el atletismo español, tan necesitado de medallas, la de Chema Martínez cambiando tras la última curva el gesto de dolor por una sonrisa; la de su entrenador, Antonio Serrano, saltando la valla para entregarle una bandera; la del atleta cruzando la meta en segundo lugar con los brazos en alto y abrazándose con fuerza a Olga, su esposa, otra vez llorando.

Al poco de empezar, se torció el tobillo: "Me asusté de verdad"
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Por fin, debió de decirse el madrileño, 38 años ya, uno de esos atletas que empezó en los 10.000 metros —fue campeón de Europa en 2002 y plata en 2006— y desde 2003 ha probado suerte en la carrera de las carreras sin mayor suerte en las grandes citas. Hasta ayer. Por eso, tal vez, se emocionó: "Nunca había llorado al llegar a la meta, pero ha sido ver a mi mujer, a mi entrenador, a toda la gente que ha venido... Ha sido muy especial".

Tal vez pensó en el sacrificio que su familia hace para que él siga corriendo. En las sesiones dobles de entrenamiento en Madrid o en el mes largo que acaba de pasar lejos de sus tres niños pequeños —Paula, Nicolás y Daniela, la última solo un bebé— para terminar su puesta a punto: 35 días en Sierra Nevada, en altura, bajando a cada poco a Salobreña, al mar, para hacer entrenamientos más largos. Porque, cuando se acerca la carrera, Martínez "se aísla", explica su entrenador.

O tal vez simplemente se le vino encima toda la tensión de la carrera, esa torcedura del tobillo al poco de empezar —"me he asustado de verdad"— o el flato "por forzar" al final, cuando veía que se iba el suizo Röthlin, bronce en los Mundiales de 2007, el atleta que sufrió una embolia pulmonar hace año y medio y ayer, desde el kilómetro 25, impuso su ley. "Es como mi primer maratón", dijo luego, "y no sabía si iba a ser el último".

"He corrido bien", analizó Chema Martínez; "he dado la cara, he pensado. Ya no pueden decir que no sea un buen estratega en la maratón, pero Röthlin ha estado increíble". La plata del español es la del trabajo espartano. A pesar de tener fama de atleta estrella, de apuntarse a cualquier bombardeo, es metódico.

"La preparación la sigue a rajatabla", dice el orgulloso entrenador, que trabaja con un grupo de 20 atletas en Madrid, la mayoría mucho más jóvenes que el madrileño. Entre ellos está Pablo Villalobos, que soñó con el bronce y acabó quinto. Esa preparación no es solo correr —unos 230 kilómetros en las semanas pico, unos 130 la anterior a la competición—, sino también recuperarse: cuatro o cinco masajes a la semana, bañeras heladas, hasta el uso de electrodos.

"Si pudiera escaparse ahora, se iría a dar un masaje", sonríe el técnico. Pero lo que hizo Martínez fue montar su show, disfrutar del momento. Primero con el público y luego con Barni, la mascota, con la que corrió y saltó unos cuantos metros. La celebración era por la plata, pero también por el oro por equipos, ese al que tanto contribuyeron Villalobos e Iglesias con su agonía. El drama de la maratón. Y la satisfacción. "¿Que por qué sigo saliendo a correr?", se preguntó Martínez; "porque todavía disfruto".

Chema Martínez tras lograr la plata en la maratón.
Chema Martínez tras lograr la plata en la maratón.VICENS JIMÉNEZ

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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