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Reportaje:ATLETISMO | Campeonatos de Europa en Barcelona

Vía libre al medio fondo

Marta, los del 800 y los del 1.500 siguen su camino sin agobios

En 1990, Kevin Costner estrenó su gran éxito Bailando con lobos, pero como fue su padre y no su madre quien mandó a la hora del bautizo, y más que los guaperas le ponía el olor a gasolina, es al motociclista tejano Kevin Schwantz a quien Kevin López, sevillano de Lora, quinta del 90, le debe llamarse como se llama. Aunque no ande en moto -"la federación me lo prohíbe", explica-, del atleta de 800 metros bien se podría decir que llegado el momento corre como una. Así, al menos, lo demostró en su debut internacional absoluto. Con comodidad y sin más sobresalto que el de contemplar, admirado, cómo el choque de trenes entre el irlandés McCarthy y el holandés Lathouwers lo resolvía el último capando la última curva y acortando escandalosamente su camino.

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"Objetivo cumplido", dijo el sevillano, y le hizo eco su coetáneo balear David Bustos, también debutante y también clasificado para semifinales. No se conformaba con eso, sin embargo, Luis Alberto Marco, el tercero del 800, quien también pasó pese a haber sufrido una noche de diarrea. "Hemos hecho lo que se esperaba de nosotros", dijo, "pero yo no quiero conformarme. Quiero llegar a la final y pelear por todo".

Marta Domínguez, la campeona del mundo, ya está en la final de los 3.000 metros obstáculos, pese a que no le gustó nada como corrió su semifinal. "He controlado y no he tenido que forzar nada", dijo, "pero no me he sentido nada bien. Técnicamente, sin problemas, pero no en cuanto a sensaciones". La palentina, cuya final es mañana, confía, de todas maneras en volver a ganar. "Las demás no me preocupan", dijo. "Soy yo misma la que tiene que estar bien".

Los tres del 1.500, Olmedo, Casado y Estévez, cubrieron el trámite sin sobresaltos y sin necesidad de enseñar sus armas, a rueda de los británicos Baddeley y Lancashire, con los que se jugarán también mañana las medallas. Estévez, siempre didáctico, aprovechó la ocasión, sin embargo, para enseñar la diferencia entre dejarse llevar y esprintar cuando metió pecho para ganar su serie a Casado.

Kevin López, en los 800m.
Kevin López, en los 800m.EFE

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