El Capitán Trueno busca compañeros de aventura

Crispín, Goliat, Sigrid y, por supuesto, el Capitán Trueno ya tienen cara. Pero faltan sus compañeros de aventura. Soldados cristianos, luchadores del enemigo, campesinos, presos... los papeles se rifaban ayer en el Centro Cultural Villa de El Escorial. Más de 300 candidatos a figurantes quedaron a merced del ojo, casi clínico, de Helena Oliva, de Mediterránea Audición. "Han empezado mintiendo como bellacos sobre la altura", aseguraba, enseñando la pegatina que marcaba el 1,82-83 centímetros que mide el fotógrafo de este reportaje y de la que se sirvió el resto del día para saber quién estaba a la altura de las circunstancias.

Los soldados que ambientarán las batallas de El Capitán Trueno y el Santo Grial, el salto al cine de las aventuras del mítico héroe del cómic dirigida por Antonio Hernández, cuyo rodaje está previsto que arranque el 16 de agosto, no podían quedarse por debajo del 1,80. Además, sumaban puntos el pelo largo, la barba y las facciones marcadas.

Las pruebas en El Escorial atrajeron a más de 300 candidatos

Cada figurante gana 35 euros al día, con jornadas de 10 horas

Diego Segovia Martín daba el perfil. Candidato E237. Joven, alto, no demasiado corpulento pero tampoco muy delgaducho, con melena hasta los hombros... pero es fan de Mortadelo. Por su edad, no llegó a tiempo de disfrutar con el apogeo en los años sesenta de las batallas de este caballero medieval español, defensor de los débiles, justiciero y liberador de los oprimidos.

-¿Crees que tengo posibilidades?

-Déjate crecer la barba.

Eso les decía Oliva a los que pasaban la criba. En figuración, no triunfan los modelos sino los ciudadanos normales y corrientes. Eso sí, con las características específicas del director. "Antonio sabe lo que quiere y eso es muy bueno". Aunque requiera invertir más tiempo en el proceso de casting y desechar algunos candidatos casi perfectos. Ese casi era el rasgo mayoritario entre los numerosos vecinos de El Escorial que tentaron a la suerte para ver si camelaban a la cámara de fotos. El perfil de príncipe de Beukelaer no era escaso, pero no todos daban la talla. "Habré escogido a unos 50".

Los afortunados quedaban marcados en su ficha de postulación con un "interesante". Ahora bien, nadie tenía asegurado los minutos en la gran pantalla. Después del casting, llegarán las llamadas. El "sí, quiero" de ambas partes y el "sí, puedo" tienen que darse a la vez. No hay problema en el caso de Diego Peces, de 23 años.

-¿Disponibilidad?

-Completa, me acaban de despedir.

No era el único en paro, pero sí el único que entró cojeando. Se apoya en un bastón porque padece de espina bífida. Es corpulento, lo suficientemente alto y con barba. Puede que tenga un hueco en la película, la primera española rodada íntegramente en 3D, teniendo en cuenta que está ambientada en una época donde las condiciones de trabajo no eran las de ahora. Se presentó al casting para demostrar que la discapacidad no le impide hacer ciertas cosas. "En el cine siempre hay algún papel para mí, la vida real es otra cosa".

En la convocatoria se pedían adultos, de 18 a 90 años, con residencia legal en España y permiso de trabajo. Un punto extra tenían los habilidosos con la espada y la lucha, y con destreza para montar a caballo. No faltaron. Hay quien se llevó la catana, otros demostraron su habilidad para dar saltos de acróbata en el escenario y Miguel Díaz Espada, con pelo y barba muy largos -aunque no tanto como sus 183 centímetros-, ofreció hasta llevar su propia vestimenta. Eso incluso sabiendo que la jornada de figuración se paga a 35 euros el día, más la comida, con una media de 10 horas de rodaje diarias.

No es mucho, de acuerdo. Pero vale como pequeño alivio a la cartera de la mayoría de parados que se presentaron ayer a las pruebas. Además de una alegría. "Cumpliría mi sueño", explica entusiasmado Joaquín Rubio. Entra con la última tanda de 100 posibles actores de figuración que se presentaron ayer. Quería ser actor de joven, pero al llegar a vivir a Madrid, desde su Málaga natal, sentó la cabeza. Se casó y buscó "unos ingresos fijos". Ha trabajado como escolta personal y ahora es vigilante de seguridad. También le han dicho que se deje barba durante dos o tres semanas. Podría ser uno de los posibles soldados que Helena busca entre niños, jóvenes y mujeres. "Lo más difícil es encontrar gente de entre 35 y 50 años", que son precisamente los que más piden en las películas para formar parte del equipo de figuración.

Ana, ayudante de Helena, se esmera por explicar a los asistentes que no cambien de look en el mes que falta hasta que empiece a rodarse la película. Piercings, prohibidos. Tintes o mechas, prohibidos. Y los tatuajes, también, salvo que no se vean. Cantaría mucho "ver a un campesino labrando la tierra sin camiseta y con un dibujo en la piel", explica.

Formar parte del reparto de El Capitán Trueno y el Santo Grial no garantiza el salto al estrellato. En realidad, cada candidato es un número. Pero Helena se complica la vida y se aprende algunos. Al final, asegura, se sabrá el de "todos los que sean seleccionados". Y serán más de 400, tal y como estimó Benjamín Seva, presidente de la empresa que se encarga del casting.

La selección continuará hoy en Calzada de Calatrava y Puertollano (Ciudad Real) y mañana en la capital de aquella provincia. Para los que no puedan presentarse en persona, también hay versión online del proceso de selección. Tan solo hay que mandar los datos personales, tres fotos (mejor si son de primer plano, plano americano y cuerpo entero, como en las pruebas)... y esperar la llamada.