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música

Veladas para peregrinos melómanos

Cada nueva edición supone un paso adelante. El Festival Via Stellae comenzó su andadura en 2006 apoyándose en el rigor musical y la calidad interpretativa, buscando por encima de todo la fidelidad de algunos peregrinos musicales de primer orden para que realizasen anualmente en Santiago propuestas no convencionales por las que tuviesen debilidad. Este año, William Christie puso en pie un bellísimo programa dedicado a la ópera-ballet de Rameau con la orquesta y coro de Les Arts Florissants, y Marc Minkowski desarrolló un interesantísimo monográfico dedicado a Berlioz y los mitos con Les Musiciens du Louvre, la mezzosoprano Anne Sofie von Otter y el viola Antoine Tamestit.

Christie y Minkowski son de los fijos de este Festival. Como Gardiner, como Biondi, como Marcon, como muchos otros. En cinco años el director artístico José Víctor Carou y su equipo han consolidado una programación coherente sin traicionar sus principios. Pero no se han conformado con eso. Han instaurado un ciclo de sesiones golfas a la medianoche en el mercado de abastos -con la actuación, por ejemplo, de los hermanos Zapico de Forma Antiqua- y hasta han programado para mañana una sesión con intérpretes clásicos y varios djs españoles e italianos en la sala Capitol con el esclarecedor título Si Haendel y Vivaldi levantasen la cabeza... Allí estará la soprano Simone Kermes, cantante residente del Festival, en su tercera actuación este mes, después de un recital sobre Pergolesi y otro dedicado al cabaré a la antigua.

Lo fundamental, en cualquier caso, es la alegría con la que los diferentes grupos e intérpretes afrontan sus compromisos. Entre las actuaciones de Christie y Minkowski, será difícil de olvidar la presentación en Galicia de los Trondheim Soloists, una joven orquesta de cuerda noruega con más mujeres que hombres, que vino con una trompetista de 23 años recién cumplidos, Tine Thing Helseth, que interpretó como solista obras de Rolf Wallin, Jiri Neruda y Piazzolla, con una maestría y una musicalidad de esas que cortan la respiración. El grupo actuó en Lugo y en Ferrol, dentro de esa concepción que amplía algunos de los conciertos de Santiago a poblaciones situadas en el camino francés, el primitivo, el portugués por la costa, el de Finisterre, la ruta del mar de Arousa-Río Ulla, el camino inglés, el del Norte y el de invierno, entre otros. Hay además un ciclo que liga música y arte con actividades en monasterios y abadías de renombre, y se mantienen las series de iniciación de conciertos gratuitos express de media hora en diferentes iglesias o lugares céntricos. A todo ello habría que añadir la programación Via Stellae 20-21, con obras de nuestro tiempo o cercanas. Asisten a las diferentes manifestaciones públicas de todas las edades con un alto porcentaje de jóvenes. El Festival se mantiene hasta el 28 de julio.

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