Memoria roja y comunista
El ex diputado de IU Antonio Romero presenta en Málaga su último libro, 'Un jornalero en los secretos del Estado'
Más de 30 años en primera línea de la política dan para mucho. Por eso ahora que Antonio Romero dedica su tiempo a su nieta Candela, a pasear con sus galgos y a luchar por la III República ha decidido tirar de la manta y desvelar aquellos secretos de los que fue protagonista y que hasta ahora nunca habían salido a la luz. Parte de su vida está recogida en el libro Memorias de Antonio Romero. Un jornalero en los secretos del Estado (Almuzara), que presentó ayer en Málaga, rodeado de amigos. El libro está escrito en colaboración con la periodista Esperanza Peláez.
"Quiero que los jóvenes conozcan parte de la historia, porque al final va a parecer que la democracia llegó a España de la mano del Rey y Victoria Prego", afirma sin bromas el político comunista que, a sus 55 años, lucha contra el Parkinson que le detectaron hace cuatro años.
Eran finales de los años 70 y el paro en Andalucía era terrible. Romero era entonces un jovencísimo secretario general de CC OO. Cuenta que llamó a Santiago Carrillo para advertirle de su intención de ocupar fincas para comenzar la reforma agraria. "Me pidió que no lo hiciera por miedo a un golpe de Estado". Entonces se arregló con Adolfo Suárez el envío de pequeños jornales para los agricultores. La reforma aún sigue pendiente, se queja.
Repasa su vida en la política sin echarla de menos, aunque a veces siente el cosquilleo de volver al ver tanta "crispación y falta de ideas". De aquellos años han quedado amigos y algún que otro enemigo. Habla con resquemor de Felipe González. Y vuelve a recordar otra vez la falta de apoyo del PSOE cuando en 1995, como candidato a la alcaldía de Málaga, colocó a IU como segunda fuerza política y los socialistas le negaron sus votos para gobernar. Aquello lo convirtió para siempre, como él mismo repetiría muchas veces, en "el alcalde moral" de la ciudad.
"González tiene fijación conmigo", resume antes de reconocer que jugó un papel "clave" en la caída del gobierno socialista. Y explica que en los últimos años de aquel Ejecutivo un guardia civil, del que nunca supo el nombre y al que llamaba el primo, le pasó información "valiosísima" sobre los desmanes de Luis Roldán.
Y así, de gargantas profundas a episodios de despacho, el libro recorre los últimos 30 años de democracia. Eso sí, desde la mirada de un "rojo, comunista y republicano". Ahí queda eso.
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