Mejor cuanto más verde
El 95% de los españoles apoya el desarrollo de las energías renovables
Si fuera cierta la existencia de una inteligencia colectiva que impulsa el desarrollo de las sociedades en la buena dirección se podría afirmar que el futuro va a ser verde. Muy verde. El 95% de la población española apoya el desarrollo de las energías renovables y en especial, de la energía solar y la energía eólica. Así lo muestra la encuesta Actitudes de los españoles ante las energías realizada por la empresa Havas Media entre el 29 de abril y el 4 de mayo a 2.693 hombres y mujeres mayores de edad.
El porcentaje de apoyo a las energías limpias no es fruto de la intuición. Un 97% de los encuestados contesta afirmativamente a la pregunta, ¿sabe usted qué son las energías renovables? En plena polémica por los recortes a las subvenciones, el dato tiene su importancia. En contra de lo que aseguran algunas de las partes que alimentan la polémica, la sociedad sí sabe de qué se habla cuando se alude a la energía renovable y a su futuro. No solo eso, sino que el 83% considera que el Gobierno debe seguir apoyando a las energías limpias y el 77% considera que debe ser la principal prioridad de inversión del Ejecutivo. Solo un 18% opina que el Gobierno debería retirar las subvenciones (6.200 millones en 2009, incluida la cogeneración).
El 77% de los ciudadanos cree que es prioritario apoyar a las renovables
En 2008, las energías limpias cubrieron el 10,7% del consumo
La cosa tiene lógica. Porque las energías limpias se perciben como una gran oportunidad. Hasta un 92% de los encuestados creen que su desarrollo contribuiría a mejorar la riqueza y el futuro del país. Son datos contundentes. Tanto como los que muestran cómo los ciudadanos -quizá más apegados a la realidad q ue los directamente implicados en los negocios energéticos o la política- no perciben que España sea líder en renovables en el mundo.
La encuesta de Havas Media recoge, en este sentido, que solo el 8% de los ciudadanos cree que España es un líder mundial en energías renovables. En general, la ciudadanía es moderada en sus valoraciones y, en un 40% concede que la posición española en el desarrollo de energías limpias es "importante". No exageremos, parecen decir los encuestados, que en un 67% consideran que las renovables son "una oportunidad para fomentar las exportaciones y la importancia de España en el mundo".
En general, destaca Havas Media, los españoles asocian las energías renovables con aspectos positivos y reservan a las energías convencionales un espacio cercano al modelo capitalista y menos sostenible.
Pero hay más. Los ciudadanos perciben que el apoyo a las energías menos contaminantes puede requerir un esfuerzo. Y ¿hasta dónde está dispuesta la ciudadanía a rascarse el bolsillo? La encuesta lo concreta. Según los datos, el 67% de los interrogados se muestra dispuesto a pagar un premium del 20% o más frente a un 80% que no pagaría ningún sobreprecio por las energías convencionales. Más aún, más de la mitad de la población declara estar dispuesta a pagar "hasta un 10% más". A la vista de los porcentajes, los autores de la encuesta concluyen que se detecta una clara "oportunidad para las empresas del sector, especialmente las de distribución eléctrica" para "marcar la diferencia" y ganar cuota de mercado frente a las energías convencionales con precios competitivos para una energía de "mayor valor" percibido.
La encuesta coincide con el intenso debate que se vive en España sobre las energías renovables, su futuro y su coste. Acuciado por la crisis y en medio de fuertes presiones por parte de las empresas energéticas tradicionales, Industria trata de ordenar, una vez más, lo que creció de forma descontrolada en los años de bonanza. De momento, el departamento que dirige Miguel Sebastián solo ha logrado cerrar acuerdos para reducir las subvenciones a las renovables con las empresas del sector eólico y termosolar. El sector fotovoltaico, que recibe el 43% de las primas a las renovables, se resiste. Con centenares de empresas de todo tipo y múltiples asociaciones, el sector no quiere ni oír hablar de medidas que afecten a las instalaciones que se construyeron amparadas en una legislación muy favorable.
Con las negociaciones en torno a un posible pacto energético con la oposición abiertas, lo único concreto son los números: el déficit de tarifa sigue creciendo (1.800 millones de euros hasta mayo) y la carga acumulada camina hacia los 20.000 millones de euros, un 2% del producto interior bruto (PIB). La cifra es tan espectacular, especialmente en un momento de crisis como la actual, que son muchos los que piensan que el sistema ha llegado al límite, algo que explicaría el apresurado y sorpresivo anuncio de pacto lanzado desde el Ministerio de Industria.
Suceda lo que suceda con las negociaciones en marcha, España se mantiene en el objetivo de la UE alcanzar, en el año 2020, que al menos un 20% del consumo de energía final tenga origen renovable. El camino a recorrer es todavía largo. Las energías renovables tuvieron un peso en 2008 del 10,7% sobre el consumo final de energía en España, frente al 10,3% de la media de la Unión Europea (UE), según los datos ofrecidos esta semana por la agencia de estadísticas europea Eurostat.
El porcentaje registrado en el conjunto de los 27 miembros de la UE supera en seis décimas el 9,7% de 2007, y en 1,5 puntos el 8,8% de 2006, aunque queda lejos del 20% de objetivo fijado en 2009 para el año 2020. Pese a este objetivo conjunto, cada país ha fijado un porcentaje propio en función de sus características.
En el caso de España, cuyo objetivo para 2020 es del 20%, el porcentaje a cierre de 2008 supera en 1,1 puntos el 9,6% de 2007, y en 1,6 puntos el 9,1% registrado en 2006. En todo caso, el país se sitúa en la duodécima posición entre los países con mayor porcentaje de contribución de energías verdes, por detrás de Suecia (44%), Finlandia (30,5%), Letonia (29,9%), Austria (28,5) y Portugal (23,2%). En Francia, el peso de las renovables es ligeramente mayor, del 11%, mientras que en Italia se sitúa en el 6,8%. Entre los países con menor presencia de estas fuentes figuran Malta (0,2%), Luxemburgo (2,1%), Reino Unido (2,2%), Países Bajos (3,2%) y Bélgica (3,3%).
Las energías renovables contempladas por la Unión Europea para sus planes de desarrollo incluyen la solar -solar fotovoltaica y termosolar-, la energía eólica, la geotérmica (prácticamente inexistente en España), la biomasa y la hidráulica en cualquiera de múltiples variaciones, incluida la mareomotriz o la energía de las olas.
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