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Tentaciones
Entrevista:CINE

El alma del doctor corrosivo

Jardines del hotel Excelsior, Lido de Venecia, calor infernal. Todd Solondz (1959, Nueva Jersey) se acerca arrastrando los pies, con aspecto de haber sido atropellado por un carruaje hace cinco minutos. Luce sus gafas de pasta marca de la casa, y baja la cabeza nada más sentarse frente a la grabadora. En la cercanía uno diría que está viendo a un Quasimodo moderno con la joroba en el alma, un tipo que carga en su mochila con las miserias de la humanidad, empeñado en ventilarlas a toda costa.

En realidad, sería lo lógico en alguien que empezó su carrera con una película llamada Fear, anxiety and depression (Miedo, ansiedad y depresión), cuyo título daba muchas pistas sobre su filosofía vital. En 1998, y por si alguien tenía dudas sobre la brújula de Solondz, este se encargó de destrozar a la sociedad biempensante con Happiness, un zoológico fílmico repleto de personajes cayendo por un barranco, agarrados a una ramita destinada a ceder. Con todo, resulta que el realizador ha sido padre, sus personajes han crecido y ahora se descuelga con La vida en tiempos de guerra, una notable deconstrucción con vocación de secuela (o viceversa) de su trabajo más famoso. Cosas de la edad, se supone.

"Todos estamos en guerra todo el tiempo. La vida es así"

EP3. ¿A qué viene ahora una secuela de Happiness?

Todd Solondz. Bueno, unos dicen que es una secuela, y otros, un remake, aún no nos hemos puesto de acuerdo sobre eso. Realmente no tengo una razón, un día me puse a escribir y me salió una escena como la que abría Happiness. No sé por qué me salió así. Luego recordé algunas cosas que la gente me había dicho y pensé en aclararlas.

EP3. ¿Qué cosas?

T. S. Por ejemplo, cuando estrené Happiness, un tipo me dijo que simpatizaba con el personaje de Dylan Baker. Pero no creo que nadie pueda simpatizar con un tipo que es un pederasta y que droga al amigo de su hijo para violarlo. Desde luego, lo que puedo decirte es que yo no escribí ese personaje para que la gente simpatizara o empatizara con él, lo que hice fue intentar explorar, pero nunca ir más allá. Así que pensé que podía estar bien clarificar las cosas, ir en otra dirección. Quise hacer una especie de examen psicólogico a una serie de personajes que están sufriendo el síndrome de estrés postraumático o algo así.

EP3. ¿Puede ser que la paternidad le haya cambiado?

T. S. Seguro que me ha cambiado, porque un hijo lo cambia todo y de repente tus perspectivas y tus prioridades son completamente distintas, pero lo cierto es que el guión lo escribí antes de ser padre, así que tampoco estoy muy seguro de que esa sea la razón para que La vida en tiempos de guerra sea completamente distinta a Happiness. Lo que sí puedo decirte es que ahora no podría volver a hacer Happiness. O al menos me resultaría imposible hacerla de la misma manera.

EP3. ¿Por qué no recuperó a ninguno de los actores de la película original?

T. S. Porque entonces todo el mundo hubiera interpretado que estaba intentando hablar de la vejez, del paso del tiempo, de cómo maduramos y todas esas cosas. Lo que me interesaba no era eso en absoluto, lo que realmente quería era recuperar la esencia de algunos de esos personajes y recolocarlos en otra dimensión, en universos diferentes. Me interesaba un ejercicio más reflexivo, más dramático, si lo quieres ver así.

EP3. A pesar de lo dramático de sus películas, siempre tiene usted espacio para el humor negro y la ironía.

T. S. Es mi forma de ver la vida. Sinceramente, creo que esta sería insoportable sin humor. No me imagino a mí sin poder utilizarlo. Es algo que uno tiene o no tiene, no puedes imponértelo.

EP3. Por el título de su película podría deducirse que estamos en guerra. Si es así, ¿con quién o contra qué?

T. S. El mundo ha cambiado después del 11-S, creo que eso está claro. Y también creo que La vida en tiempos de guerra es una película que no hubiera tenido ningún sentido antes de ese suceso. Las guerras de mis personajes son entre ellos o con el mundo que les rodea, pero a veces son conflictos tan grandes, que no los pueden comprender o no pueden hacer nada por frenarlos. En cierto sentido, todos estamos en guerra todo el tiempo. La vida es así.

EP3. ¿Es usted uno de esos directores que piensa en la audiencia a la hora de escribir sus proyectos o más bien le importa poco?

T. S. ¡Por supuesto que me importa la audiencia! Ahora bien, también creo que mis propuestas son algo complicadas y creo que el público ideal para mis películas es el que las escoge sabiendo que he trabajado mucho en el proceso y que el resultado trata de reflejar ese esfuerzo: no pretendo que mi trabajo sea codificado o algo así, pero sí creo que hay que intentar ver más allá de mis personajes.

EP3. ¿Por qué le ha costado cinco años hacer otra película?

T. S. Bueno, como ya sabrás, tuve que pagar mi anterior película, Palíndromos, de mi propio bolsillo, así que la respuesta a esa pregunta es la misma que te daría cualquier cineasta independiente que intente levantar un proyecto desde cero: porque no tenía ni un maldito dólar.

Todd Solondz, el hombre del pelo raro, posa para EP3 en Venecia.
Todd Solondz, el hombre del pelo raro, posa para EP3 en Venecia.XAVIER TORRES-BACCHETTA

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