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Tentaciones
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Entrevista:MÚSICA

Las alegrías de la gran depresión

Tras 10 años de carrera, The National han llegado al éxito con su quinto disco. La victoria de una banda melancólica que se inspira en el vino.

"¿Te refieres a Alligator?", pregunta Scott Devendorf, bajista de The National. Alligator (2005) fue su tercer largo, y al parecer todo lo anterior son esos capítulos del libro de texto de que nunca salen en el examen de historia. "No es que me arrepienta de los primeros discos, algo aún tocamos en directo en ocasiones. Pero no nos reconocemos en esas canciones. Tal vez podríamos volver a grabarlas, pero no creo que nadie en la banda esté por la labor".

No les hace falta: High violet, su nuevo disco, el quinto, ha alcanzado el número 3 en las listas estadounidenses. Antes de Alligator eran sólo otra banda indie yanqui con tendencias rurales imposible de rescatar del anonimato ni por la más rocambolesca carambola. Redujeron el ascendente que en su música tenían Tindersticks y redoblaron la dosis de Bad Seeds. Y tras este nuevo e imperial largo, tienen todo el aspecto de convertirse en clásicos. Es una banda que cada día que pasa se parece más a una suerte de Joy Division liderados por John Steinbeck. The National es uno de aquellos raros casos en los que un grupo no solo explica una época o un tipo de sonido, sino también un estado mental. Por fin el mundo es tan asqueroso como estos tipos tan simpáticos predijeron.

"Si esto nos pasa con 20 años, ahora medio grupo estaría en la tumba"

Lo que les distingue de muchos de los combos surgidos durante la pasada década es que ellos pudieron crecer y desarrollarse. Esta banda compuesta por dos sets de hermanos (los gemelos Dessner y los Devendorf) y el vocalista Matt Berninger se mudó hace 15 años de Ohio a Nueva York y publicó su primer disco en 2001. Casi una década de trabajo y el éxito les pilla por sorpresa. "Joder, no nos podemos creer lo que nos está pasando. Sabíamos que había expectativas y que debíamos estar a la altura, pero en esta banda todo es tan complicado de sacar adelante, que no deja casi tiempo de pensar en la presión. Si nos pasa esto con 20 años, te aseguro que ahora medio grupo estaría en la tumba", comenta Scott.

En The National todo se negocia. Hay un frágil equilibro entre la facción del grupo que busca la simplicidad y la que apuesta por las canciones cebolla, con capas y capas. "Creo que pertenezco a la primera, pero soy un puto traidor y a veces me paso a la segunda. Somos gente en la que no se puede confiar, sobre todo Matt, el cantante. El otro día leí que había dicho que, a veces, cuando nos enfrascamos en eternas discusiones en el estudio, él debe hacer de padre. Un tipo que sale al escenario con una botella de vino y que dice que el alcohol es su fuente de inspiración no puede hacer de padre de nadie".

High violet contiene sutiles y más que interesantes novedades en la idiosincrasia de la banda. Las letras destilan pequeñas dosis de humor y hasta sorprendentemente satisfactorios ensayos sobre el hecho de ser padre. "Los temas me parece que son melancólicos, pero de una forma totalmente distinta para nosotros. Hay puertas a la esperanza y hay giros que rompen con la monotonía que significa estar siempre a punto de saltar de la cornisa", recuerda Scott, quien también admite que la utilización política por parte de los demócratas de Fake empire, el primer sencillo de su anterior disco, Boxer, fue una de las muchas discusiones en el seno del grupo. La disyuntiva era si tomar o no la senda del posicionamiento político. "Al final la descartamos a favor del vino", bromea. En cuanto al sonido, High violet es la cumbre del arte de la tensión no resuelta. Donde Alligator explotaba el nervio con temas ideales para funerales irlandeses y su continuación, Boxer (2007), tenía ejercicios de desahogo, este disco parece durante casi todo su metraje que va a explotar y jamás lo hace. Tal vez por eso es tan adictivo, hasta que llega la última canción (Vanderlyle crybaby geeks), se abre el cielo y aparece el estribillo para desahogar toda la tensión anterior mediante un himno como jamás esta banda había compuesto. "Lo que hace al tema especial es que es la culminación del proceso de conversión de Matt en cantante con matices, con un abanico de notas más amplio. Este disco es nuestra referencia más melódica. No ha sido casualidad. ¿Te dije ya que aquí todo se discute?".

'High violet' está editado en 4AD/Everlasting Síguenos en nuestro blog

The National. En el centro, Matt Berninger, vocalista; a su derecha, Scott Devendorf.
The National. En el centro, Matt Berninger, vocalista; a su derecha, Scott Devendorf.

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