Resaca, basura y más ganas de fiesta
El presidente de los empresarios es escéptico sobre los beneficios de la victoria
En las calles de Madrid se mezclaban ayer los restos del desenfreno de la madrugada anterior, con la continuación de la fiesta. Todavía quedaba rastro de las más de 95 toneladas de basura que el Ayuntamiento recogió tras la celebración. Caras ojerosas, y mucha resaca -etílica y/o emocional- en aquellos que acudían a su puesto de trabajo. Altas dosis de adrenalina aún por descargar y ganas de más jolgorio por parte de quienes seguían celebrando la gesta de la selección.
Marina y Juan Carlos estuvieron de fiesta hasta las cinco de la mañana. "Dos horitas de sueño y al curro". Son camareros en un bar de la calle de Atocha. Sus ojos enrojecidos les delataban, pero, decían ellos, ayer lo aguantaban todo.
En el palacete de Rosales se habían reunido durante el partido unas 300 personas frente al macrotelevisor de la terraza. Óscar, el encargado, echó el cierre a las tres de la madrugada. Él se fue a descansar. "Fue un día de mucho trabajo. Además, antes del partido había estado cenando con un grupo de holandeses", contaba mientras almorzaba junto a dos camareros en una de las, ayer, desérticas mesas de la terraza.
Dicen algunos expertos que uno de los efectos colaterales del triunfo de la selección en la Copa del Mundo podría ser un incremento en el consumo. Sin embargo, Tomás Gutierrez, representante de la asociación de hosteleros La Viña cree que "en cuanto pasen estos tres o cuatro días volverán los índices anteriores, que están siendo bajísimos". Arturo Fernández, el presidente de la Camara de Comercio de Madrid y de la patronal CEIM, considera que el efecto positivo sobre el consumo será puntual y que, "de ahí a asegurar que ayudará a que la economía española crezca un 0,7% al final del año, como apuntan algunos, es decir mucho", informa Europa Press.
Las aceras de la calle de la Princesa lucían ayer a primera hora de la tarde oscuros y pegajosos chorretones. En los bordes de los arcenes se acumulaban chanclas desconyuntadas, sombreros de paja, latas vacías, y abundantes cristales. El Ayuntamiento había movilizado en la madrugada a 300 operarios del servicio de limpieza, según fuentes municipales. El dispositivo se había centrado en la zona neurálgica de las celebraciones -distritos de Centro y Salamanca- y las aceras de la Gran Vía aparecían dignamente aseadas.
Dos empleados de una tienda de telefonía de la avenida se encontraron al abrir el local a un joven aficionado de La Roja tumbado sobre un banco frente a la tienda, "durmiendo la mona".
La fiesta en la Gran Vía no había dado ni un respiro. Durante todo el día siguieron deambulando grupos de hinchas debidamente uniformados esperando a que llegara, a las 20.30, el autocar de los jugadores.
En la plaza de Lavapiés a mitad de la tarde, tres operarias acumulaban montañas de deshechos en las esquinas. Eran el segundo equipo que intervenía allí y venían como refuerzo desde el distrito Arava-Moncloa. Mientras tanto, en la calle del Desamparo, seguía el trajín en el mercado de las vuvuzelas. Los vendedores aún se hacían ilusiones con nueve kilometros de recorrido repletos de potenciales compradores.
Los números
- Los servicios municipales de limpieza recogieron 95 toneladas de basura.
- Durante el partido el Centro de Emergencias de la Comunidad de Madrid 112 recibió 1.564 llamadas, un 20% menos que el anterior domingo en la misma franja horaria.
- Tras el partido, en la madrugada del lunes, se incrementaron un 60% el número de Emergencias 112.
- El Samur y Protección Civil atendieron a 260 personas entre las 17.00 del domingo y las 4.20 del lunes.
- Retraso en los conciertos de la Villa de Ana Carolina, en la Puerta del Ángel, y Melody Gardot, en los Jardines de Sabatini, estaban previsto que comenzasen una hora más tarde: a las 23.00.
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