"¡Nos lo merecemos!"
Miles de valencianos sufren hasta la prórroga desde la distancia con la victoria de la selección española en Suráfrica
"Toma, toma, nos lo merecemos, nos lo merecemos". Miles de aficionados inundaron de rojo anoche las calles de Valencia, Alicante, Castellón, Benidorm... Y gritaron hasta el paroxismo "España, España". Miles de personas perdieron anoche la razón con la victoria de la Roja frente a las pantallas gigantes. Vibraron con pasión, sufrieron con la selección las casi 10.000 personas congregadas en la explanada del puerto de Valencia. Fue un partido "bronco" y un "poco guarro", según le pareció a Alba, una joven de 23 años de la Pobla de Farnals. Ella y otros cinco amigos intentaron sobre las seis de la tarde intalarse junto al estadio de Mestalla para ver el partido, pero la ausencia de pantallas grandes los disuadió y acabaron junto al edificio de Veles e Vents, en el puerto.
Los aficionados se quejaron del juego duro de los holandeses
Abundaron las camisetas con el número 7 del ex local Villa
Entre las refriegas del partido y la posibilidad de la victoria su amiga Miriam no lo dudaba: "Un chapuzón en la playa, que la tenemos ahí al lado". A pocos metros, devorando su bocadillo, Miguel de 17 años, echaba de menos el fútbol de toque que suele manejar la selección. "Falta que España se meta un poco más y pierda el miedo a Robben", opinó.
Su amigo Roberto explicó el plan: "Llevamos una semana ahorrando para ver al partido y luego ir de fiesta". Los aficionados vivieron el partido como una auténtica tortura ante el juego duro de los holandeses. Entre el público había bastantes camisetas con el número 7 del ex valencianista Villa.
Los ánimos se habían caldeado mucho antes de que el árbitro pitara el inicio del encuentro. El sol caía a plomo a las cinco de la tarde en la capital valenciana. Quedaban tres horas y media para que comenzase la final de la Copa del Mundo, y cientos de valencianos ocupaban ya la gradas frente a la gigantesca pantalla instalada en la marina del puerto de Valencia, desafiando los más de 35 grados.
En la plaza de la Afición, junto al estadio de Mestalla, se repitió la escena. Las terrazas se llenaron antes de las siete de la tarde. Los dueños de bares y cafeterías sacaban a la calle sus pantallas de televisión para atraer público, los vendedores ambulantes hacían el agosto con todo un surtido de banderas, banderitas, gorras, sombreros y otros artefactos con los colores rojo y gualda, y decenas de coches abusaban de los claxons caldeando el ambiente.
A falta de vuvucelas, la afición valenciana animó a la selección al grito de "Oé, oé". Y para celebrar el histórico triunfo, el clásico castillo de fuegos artificiales a orillas del Mediterráneo a cargo de la pirotecnia de Vicente Caballer.
En el resto de ciudades la escena se repitió. "La gente pregunta, sobre todo por las pinturas de la cara, que están agotadas en todas partes", comentaba una quiosquera del centro de Alicante. A pocos metros de la vendedora, Fran López, un joven de Albacete de visita en Alicante, observaba la prensa con discreción. "Espero que ganemos por 1 a 0 y que marque Iniesta, que es de Albacete". Fran vio el partido, como miles de personas, enfundado en la camiseta de la selección, y acompañado de familia y amigos. Y así fue, España ganó 1 a 0 y con gol de Iniesta. "Toma, toma, nos lo merecemos", gritaba la multitud en el puerto de Valencia.
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