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Tentaciones
Reportaje:CINE

El negocio de jugar a ser Dios

¿Serán los inquietantes experimentos entre ADN animal y humano de Splice la clave para renovar el cine de terror?

1995, el ratón Vacanti. 1997, la oveja Dolly. 2001, mapa del genoma humano. 2010, la bacteria Synthia, primera forma de vida sintética. Hoy, DREN llega al mundo. Se trata de la última criaturita de Vincenzo Natali, realizador canadiense de 41 años que hace más de una década se convirtió en director de culto con Cube y que ahora podría ser un héroe de la ingeniería genética con Splice: experimento mortal, de estreno en España el 30 de julio.

"Todo empezó con el ratón al que le hicieron crecer una oreja. Parecía obra de Dalí. Enseguida pensé que ahí había una película", revela. Pero DREN se parece poco a ese ratón surrealista y mucho a un pollo sin cabeza o, ya en su versión adulta, a Natasha Henstridge en Species. Pero a Natali le ofende esa comparación. Él ve su filme ?entrado en una pareja de bioingenieros que juegan a ser dioses mezclando ADN de múltiples animales, incluido el hombre, para crear un híbrido perfecto?como una historia "freudiana y edípica" que en nada remite a la serie B. "Splice tiene en su ADN algo de Alien y mucho del Frankenstein de James Whale o del David Cronenberg primigenio de La mosca. Aunque también tiene mucho de mi propia experiencia", admite de un combinado donde al final lo que cuenta es el sexo. Esa debe ser la parte personal. "¿Acaso no es lo primero en lo que piensa cualquier especie? ¿En procrear?", dice mientras se frota las manos.

"¿Acaso no es en procrear en lo primero que piensa cualquier especie?"

Producen Joel Silver (La jungla de cristal, Depredador, Matrix) y Guillermo del Toro (Hellboy, El laberinto del fauno); el tráiler vende horror a mansalva; Natali no reniega de su pasión por la ciencia ficción, y DREN es nerd al revés (que podríamos traducir como friki). Con esas credenciales, ¿a quién se le ocurre contratar a los descafeinados Adrien Brody y Sarah Polley para una peli de tetas, culos y monstruos? ¿A qué vienen las finuras? "Ambos actores son un tanto raros y perversos", defiende; "además, no es una película de tetas y culos. En todo caso, de alas y colas. Pero admito que a mí lo que me pone son los monstruos de traje de goma".

Cube le ganó la fama con una historia claustrofóbica de bajo presupuesto que enamoró a los más raros. "Me decían que no podía hacer una película que transcurriera en un solo set", se jacta. Pero encontró su público en Francia y Japón, países a los que el director dice deber su carrera. Ahora Splice aspira a convertirse en un clásico del horror moderno debutando en Sundance. "Allí nos descubrió Silver y eso nos facilitó la distribución. Además, lo que uno quiere hacer en un festival como ese es destacar".

Los planes futuros de Natali pasan por atacar Neuromancer, la novela de William Gibson, cuyo guión ya prepara -"Si Splice es la evolución del cuerpo, Neuromancer es la de la mente"-, y High Rise, el libro de J. G. Ballard en el que encuentra similitudes con el superrascacielos Burj Khalifa, de Dubai. "Por eso me gusta la ciencia ficción, porque es la mitología actual. Especialmente en este tiempo de cambio, lleno de ansiedad y preguntas, el género de ciencia ficción es el único capaz de dar respuestas. Además de proporcionar el espectáculo que el público espera en el cine".

DREN es una criatura híbrida creada por un par de estrellas de la ingeniería genética en <i>Splice: experimento mortal.
DREN es una criatura híbrida creada por un par de estrellas de la ingeniería genética en Splice: experimento mortal.VÉRTICE

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