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Desarticulada una red de tráfico de armas en Lugo

La banda internacional, con ramas en Portugal, abastecía a 'narcos' gallegos

La Guardia Civil consiguió desarticular, en el marco de la operación PPK, una red internacional de tráfico de armas con el núcleo central de actuación en Lugo y conexiones en Portugal que abastecía a narcotraficantes gallegos. La organización obtenía armas inutilizadas y las adaptaba después para su uso. La cantidad del material intervenido, entre el que se hallaba también munición, ha hecho concluir a los investigadores que se trata de "un buen arsenal" manejado por una organización hispano-lusa.

Entre los objetos incautados figuran dos fusiles de asalto, uno de ellos todo un clásico, el AK-47, diseñado en su día por el ejército soviético para combatir durante la Segunda Guerra Mundial y todavía utilizado, entre otros, por los talibanes en Afganistán. El arsenal lo completan dos rifles de caza, 16 armas cortas, 15 cañones de armas y otras piezas de recambio para pistolas y útiles para su manipulación y conservación,  además de 500 cartuchos de distintos calibres. Uno de los aspectos que llamó la atención en las pesquisas policiales es que casi todo el material incautado era de uso militar o policial.

Casi todo el material incautado había sido de uso militar o policial

Como consecuencia de las investigaciones dirigidas por el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo -el mismo que se encarga de investigar una trama de prostitución en Lugo-,  fueron detenidas cinco personas. Tres de ellos residían en Portugal y todos ellos tenían antecedentes por tráfico de armas. Dos son vecinos de Lugo, J.R.C. y A.P.F. de 55 y 40 años respectivamente, uno de los cuales está recluido en el centro penitenciario de Bonxe y el otro quedó en libertad con cargos.

El operativo se inició el pasado mes de agosto, a raíz de unas operaciones policiales en el ámbito del narcotráfico en Galicia. Entonces, los agentes detectaron la presencia de quien podía ser un proveedor de armas de fuego a organizaciones de traficantes de estupefacientes asentadas en Galicia. Desde ese momento, las investigaciones se centraron en las provincias de Lugo y Pontevedra y se extendieron a las ramificaciones portuguesas.

A partir de ahí se inició una investigación en la que participaron el Equipo Contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de Lugo, en colaboración con  Unidad Central Operativa (ECO) de la Guardia Civil con sede en Pontevedra. Además,  la Guardia Civil solicitó la colaboración de la Policía Judiciaria Portuguesa, al existir constancia de la vinculación con personas dedicadas al tráfico de armas en este país. Ya en abril, la Policía Judiciária de  Portugal detuvo a tres personas y la operación se cerró en España el pasado 4 de julio, cuando  fueron intervenidos los dos fusiles de asalto. Los dos detenidos en Lugo los transportaban en un vehículo que circulaban por la localidad pontevedresa de Meis.

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A través de diversas técnicas de investigación, las policía determinó que los españoles detenidos adquirían armas inutilizadas en distintas armerías de Galicia y luego las remitían a sus colaboradores de Portugal. Estos, a su vez, las entregaban a un armero de ese país quien se encargaba de manipularlas y dejarlas aptas para su uso. Para realizar este procedimiento, el armero luso tenía que recuperar partes esenciales del mecanismo de las armas entregadas para su reutilización.

Tras las detenciones en Lugo, la Guardia Civil efectuó distintos registros en la ciudad y en las inmediaciones. El operativo sirvió para intervenir el resto del armamento y material, que fuentes de la investigación consideran un número "muy elevado". Estas mismas fuentes desetacan especialmente lo que se refiere al apartado de armas cortas, una variada incautación de pistolas y revólveres. "Cuantitativamente es un buen arsenal, dado que la mayor parte de las armas intervenidas son habitualmente de uso militar  o policial", remarcó el suboficial de la Guardia Civil que llevó buena parte del peso de la investigación de la red.

Para encontrar el armamento, la Guardia Civil tuvo que realizar cuatro registros, parte de los cuales se centraron en el domicilio del cabecilla de la organización, ahora encarcelado. El resto de las búsquedas ocurreiron en dos casas de campo que, a modo de tapadera usaba el detenido, a pesar de que no estaban a su nombre. Fuentes de la investigación tienen la convicción de que el centro de distribución de armas para Galicia se encontraba en Lugo.

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