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ÁREA DE DESCANSO | SUDÁFRICA 2010 | España, en la gran final del Mundial
Columna
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España jugó el fútbol de los campeones

El pulpo acertó. España jugará la primera final mundialista de su historia. El mérito no es del pulpo, sino de este grupo de jugadores, que han superado en Sudáfrica un obstáculo tras otro después de un comienzo difícil. Del Bosque ha manejado las diferentes situaciones con las que se ha encontrado, no exentas de críticas y dudas, sin estridencias, con calma y con sentido común. Así consiguió con el Real Madrid dos Copas de Europa y así ha llevado a la selección hasta la posibilidad histórica de ser campeona del mundo. La final es un justo premio para todos ellos.

El penúltimo escollo era Alemania y el partido era a priori de pantalón largo. La trayectoria de los de Löw desde la fase de grupos estaba siendo impecable. Después de endosarle cuatro goles a Inglaterra y a Argentina, la Mannschaft, aspiraba a vencer a España con sus mismas armas, juego colectivo, velocidad en el pase y ataque. Una dulce venganza tras la final de Viena. Pero no era el momento adecuado. Los alemanes tendrán que seguir esperando.

Ambos técnicos estrenaron extremos. Low, obligado por la sanción de Muller, se decidió finalmente por Trochowski y Del Bosque sorprendió con la titularidad de Pedro en detrimento de Torres. Con él en el campo Villa se reubicaba como delantero centro, su posición habitual. El canario se movió con soltura por todo el ataque tanto por dentro como por fuera y suyas fueron las acciones más destacadas de la selección durante el primer tiempo.

Durante la primera media hora del partido España acaparó la posesión del balón de forma aplastante. A diferencia de los rivales anteriores, los alemanes esperaban en su campo donde defendían con la mirada sin hincar el diente a los jugadores españoles cuando llevaban la pelota de un lado a otro. Basculaban pero sin presionar. Busquets, Xavi y Xabi Alonso encontraban líneas de pase con pasmosa facilidad. España, por el contrario, apretaba con determinación a los centrales alemanes cuando trataban de iniciar el juego y recuperaba muy pronto balón. Esta diferencia de predisposición defensiva hizo que la balanza se inclinara claramente del lado de España. Sólo la falta de concreción en los centros y en los últimos metros hizo que Alemania se estirara, e incluso llegara a protestar, con razón, un posible penalti de Ramos sobre Ozil.

En el segundo acto cada jugada se veía como definitiva. Los hombres de Del Bosque salieron a por todas y las llegadas a la meta de Neuer empezaron a ser constantes y claras. El gol tenía que llegar, pero nadie imaginaba cómo. Y llegó, como ocurre en estos casos, de forma inesperada y sorprendente. En una estrategia en la que la selección no es de las mejores: en un córner y de cabeza. Puyol obtuvo la recompensa a su trabajo de tantos años y remató el centro de Xavi con su alma para marcar el gol más importante de su carrera.

España jugó como juegan los campeones, con la absoluta convicción de que el camino elegido es el mejor para ganar. Solo falta un paso más para la gloria.

Iniesta despeja de cabeza.
Iniesta despeja de cabeza.A. RUESGA

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