Márquez, más precoz que Rossi
Marc Márquez nació en Cervera (Lleida) hace 17 años, en el seno de una familia humilde y dicharachera, en febrero de 1993. Debutó en el Mundial hace dos años y no logró su primera victoria hasta el pasado 6 de junio, en Mugello. Desde entonces cuenta sus carreras por triunfos. Es el más joven en encadenar cuatro consecutivos; un récord que ostentaba Valentino Rossi. El italiano tenía entonces 18 años, uno más que Márquez. Y no es el único que le ha arrebatado al mejor piloto de todos los tiempos: con la tercera pole sucesiva, lograda el sábado, el imberbe pupilo de Emilio Alzamora ya había hecho historia.
Y así, con este dominio abrumador, se ha situado a la cabeza de la clasificación del Mundial en 125cc, un punto por delante de Nico Terol -ingresado en el hospital como consecuencia de un neumotórax y múltiples contusiones tras caerse ayer en la última vuelta en la lucha por alcanzar el podio- y con 14 de ventaja sobre Pol Espargaró.
La ventaja es escasa, pero no la escandalosa superioridad de Márquez. Ayer se escapó pronto y fácil, echando mano de su depurado estilo, su elegancia y su constancia. Rodaba tres décimas más rápido que sus rivales. Tan lanzado iba que Alzamora, su mánager, a falta dos vueltas, se asomó por encima del muro que separa el pasillo de garajes de la pista y le pidió calma. "Baja el ritmo, niño, que no necesitas correr tanto", le vino a decir.
Márquez es de los que muestra al completo su dentadura cuando se ríe. Es introvertido, cauto, discreto y sereno. De los que celebran las victorias saludando al público. Ni más ni menos. De los de la trazada limpia y delicada. Por eso le comparan con Dani Pedrosa, su ídolo cuando empezó. Es constante, regular, inteligente y frío en la pista. Y, aunque últimamente no necesita pelearse con nadie, no se amedrenta en el cuerpo a cuerpo. Sabe ser agresivo. Por eso dicen que también tiene algo de Jorge Lorenzo. En el podio brinda con Red Bull, la bebida energética que le patrocina, porque no le permiten hacerlo con cava. Lo tiene todo para triunfar: talento, cabeza, entorno. Sus padres, Julià y Roser, que asisten a tantas carreras como sus trabajos les permiten, dicen que el bueno de la casa es el pequeño. Se llama Àlex, tiene 14 años y corre en el Campeonato de España. La parrilla ya tiembla.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.