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Reportaje:

Ence supera su año más horrible

Crecen con fuerza las ventas y vuelven los beneficios gracias al saneamiento, al giro estratégico del grupo y a la evolución de los precios de la pasta y del euro/dólar

El sol vuelve a brillar en Ence, tras sufrir en 2009 su año más horrible. La compañía papelera confía en haber alcanzado un beneficio antes de impuestos próximo a los 40 millones en el primer semestre de 2010 -las cuentas definitivas las hará públicas en unas semanas-, tras registrar un resultado bruto de 11 millones entre enero y marzo. Ence, según su consejero delegado, Antonio Palacios, prevé cerrar el segundo trimestre con un beneficio de explotación (Ebitda) superior a los 50 millones de euros, un 50% más que los 33,7 millones alcanzados hasta el 31 de marzo, lo que arrojaría un resultado operativo de 83,7 millones de euros al cierre del primer semestre.

Cifras que avalan, en palabras de su consejero delegado, "un proyecto empresarial sólido, rentable y estable", y que dan carpetazo a unas pérdidas operativas de 77,5 millones de euros en 2009 y a un impacto no operativo de la venta de parte de las inversiones de Ence en Uruguay que le ha supuesto un resultado negativo neto en el ejercicio de 154,6 millones (incorpora a futuro un crédito fiscal de 51,7 millones).

Prevé cerrar el primer semestre con 83,7 millones de resultado operativo
Quiere repartir en un lustro al 50% su negocio cíclico de la pasta y el energético

El secreto de la rápida recuperación, según la compañía, está en su adaptación a los cambios del entorno, "mejorando la estructura de costes como soporte de la competitividad" y fortaleciendo el balance "como garantía de flexibilidad en la gestión, oportunidad de aprovechamiento rentable de proyectos de crecimiento, y ventaja competitiva".

Así, aparte de la desinversión en Uruguay, en el pasado ejercicio el grupo redujo también en 118 millones de euros las necesidades de capital circulante, y en el primer trimestre de 2010 ha realizado con éxito una ampliación de capital de 130 millones que le ha permitido reducir en un 60% su deuda hasta situarla en 223 millones. Después ha logrado negociar con la banca una extensión de los plazos más cortos de su deuda.

Pilar también de la recuperación de Ence ha sido el incremento de la competitividad y, en especial, la incorporación de capacidad productiva que le ha supuesto la puesta en marcha de su fábrica en Navia -tiene 500.000 toneladas de capacidad y es la segunda mayor planta de celulosa en Europa- y la puesta en operación de la mayor planta de generación de energía con biomasa de España, de 37 megavatios de capacidad.

La guinda a estos esfuerzos la ha puesto la recuperación de la demanda mundial de pasta, que ha partido, además, de un escenario en el que la oferta en 2009 se había reducido un 5% por cierre definitivo de instalaciones, catástrofes naturales y huelgas, y que ha derivado en escalada de precios. La tonelada se encareció un 7% en el primer trimestre de 2010 y el precio de lista de la celulosa de eucalipto en Europa se ha situado en junio en 920 dólares la tonelada, lo que supone una recuperación del 92% desde el suelo de 480 dólares registrado en abril de 2009. A ello hay que añadir -Ence exporta más del 80% de su producción- la repercusión favorable en este grupo del fortalecimiento del dólar. En este contexto, Ence ha incrementado un 28% su producción de pasta en los primeros meses de este año.

El año de los precios, así han titulado los analistas de Ahorro Corporación un informe en el que se señala que "la recuperación en forma de V de los precios y los mayores volúmenes vendidos por la división de celulosa, junto con la ampliación de capacidad de la división de energía acometida en los últimos años, permitirán que las ventas de Ence registren un incremento este año estimado del 43,9%, alcanzando los 770,6 millones de euros, frente a los 535,6 millones registrados en 2009".

"Hoy estamos en mejor posición competitiva para enfrentarnos al proyecto de generar valor añadido al accionista y aprovechar la oportunidad de crecimiento que supone el buen momento que atraviesan los precios de la celulosa", argumenta Palacios.

Ence, agrega, que puede cerrar 2010 con el mejor resultado de "los últimos 10 años", va a estudiar reintroducir los dividendos, suspendidos en 2009.

En el capítulo de previsiones, Antonio Palacios señala que hay motivos para que el mercado siga manteniendo una "tensión sobre los precios del papel", aunque podría haber un pequeño ajuste a partir del tercer trimestre del año, compensado por las tendencias de depreciación del euro.

Según el consejero delegado de Ence, el principal proyecto de negocio en la actualidad para la compañía es la generación de energía a través de biomasa, para lo que el grupo va a invertir unos 625 millones de euros (el 70% con recursos ajenos) para dotarse de una capacidad de producción total de 340 megavatios en los próximos cinco años.

Según Palacios, este proyecto permitirá crear 5.000 nuevos puestos de trabajo, así como plantar 30.000 hectáreas de cultivos energéticos de crecimiento rápido que absorberían al año 1,3 millones de toneladas de CO2.

La idea es que el peso de la energía dentro de las cuentas del grupo pase a suponer en 2015 el 50% de su facturación y de su Ebitda, frente al 23% que representa en la actualidad.

"Realizar nuestros planes", explica Palacios, "permitirá cambiar en un periodo de cinco años el perfil de la compañía, combinando el negocio rentable, pero ciclico, de la pasta, con otro, el de la energía con biomasa, de mayor estabilidad, previsibilidad y elevadas barreras de entrada. Reduciendo, por tanto, el grado de exposición de la compañía a los ciclos de la celulosa, lo que redundará en una mejora de nuestra posición competitiva y en la valoración de nuestro riesgo".

La biomasa, argumentan en Ence, "es hoy una de las energías renovables con mayor potencial de desarrollo en España, y su aprovechamiento se halla, sin embargo, muy por debajo de sus posibilidades". La explotación de este recurso, agregan, genera importantes beneficios sociales y ambientales. Es la fuente renovable, dicen, que más empleo genera por unidad de energía producida, fomenta la creación de riqueza y la cohesión social, en especial en ámbitos y zonas rurales degradadas, y proporciona una alternativa al empleo agrícola y a la recepción de fondos y ayudas comunitarias. En el aspecto ambiental, agregan, la biomasa es la fuente más beneficiosa porque implica reducciones de CO2, mantenimiento del bosque y reducción del riesgo de incendios. Desde el punto de vista de la tecnología es una oportunidad para España. Y facilita la gestión de la red eléctrica al funcionar las centrales las 24 horas del día y estar situadas próximas al punto de distribución.

Pero todas estas razones a Ence no le preocupan excesivamente, aunque cierra filas con la patronal papelera Aspapel en sus reivindicaciones, las nubes de tormenta -en forma de posibles recortes en los objetivos oficiales de potencia eléctrica generada por biomasa y posterior revisión de primas- que se barruntan en el horizonte. "No vamos a cambiar nuestros planes", señalan.

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