Un jefe forestal de la Xunta en Ourense fue sancionado por cazador furtivo
El cargo de Medio Rural encañonó en 2007 a los agentes que lo multaron
En noviembre de 2007 tres cazadores furtivos fueron sorprendidos por agentes forestales en un coto en Piñor de Cea (Ourense). Cuando los representantes de Medio Ambiente les dieron el alto, los furtivos los amenazaron y los encañonaron con sus armas. Dos de los cazadores ilegales tenían empleos relacionados con la defensa del medio ambiente y el tercero trabajaba en la Diputación provincial. Aunque los tres fueron sancionados administrativamente con multas económicas y con una suspensión temporal de empleo, todavía no han cumplido el castigo administrativo. Se han parapetado en una espiral de recursos. Y mientras comenzaron a sucederse las alegaciones, el PP, alcanzada la Xunta en marzo de 2009, ascendió en el cargo a uno de los tres furtivos.
"No tienen cojones de prohibirnos nada", espetó uno de los detenidos al Seprona
El 15 de noviembre de 2007, José Olivier Reboredo Campos, Celso Gómez Rodríguez y Manuel Blanco Cibeira decidieron hacer una batida de caza mayor, prohibida, en los montes situados entre Alén y Marañis, en Piñor de Cea. Reboredo era entonces técnico del distrito forestal Miño-Arnoia. Desde que el PP llegó a San Caetano ejerce como jefe de distrito. Gómez Rodríguez trabaja en el centro de recuperación de fauna salvaje de O Rodicio y Blanco Cibeira es chófer en la Diputación.
Los agentes que firmaron el parte habían estado bajo las órdenes del entonces técnico del distrito forestal al que denunciaron. En el escrito que presentaron ante la Consellería de Medio Ambiente hicieron constar este dato para explicar las "amenazas" que les profirió Reboredo: "Vete de aquí, no hacéis nada y no tengas la suerte de caer en Ourense porque de ti me voy a encargar yo...". Los agentes de la Xunta especificaron además en su informe que cuando los furtivos los "arrinconaron" con sus escopetas ellos prestaban servicio "sin ningún tipo de arma" con el que defender su integridad física. "Nos resultó imposible entregarles el oficio", que tuvieron que instruir a posteriori, señalan.
No es la única denuncia. Una patrulla del Seprona se desplazó también al lugar alertada por el presidente del coto de caza Pena Maior, Manuel Rey Egusquiza. Los guardias del Seprona identificaron a los furtivos y, según consta en el parte, éstos reconocieron que estaban "cazando jabalís". También consta en el informe que uno de los denunciados se dirigió a ellos provocándolos: "No tienen cojones de prohibirnos nada, el monte es nuestro y hacemos lo que nos da la gana. A esos peleles de Medio Ambiente los voy a poner a andar. Como no tienen pelotas, tienen que llamar a la Guardia Civil". Los agentes del Seprona identifican a Blanco Cibeira como autor de esta frase: "A ese payaso de presidente de coto que os llamó le decís de mi parte que le queda muy poco de presidente, que voy a mover los hilos que haga falta para echarlo de la directiva".
Pese a la vinculación medioambiental de dos de los sancionados, el Seprona destaca en el parte que el vehículo que utilizaban estaba estacionado "en medio de una pista forestal", por lo que redactaron una nueva denuncia por "incumplimiento" de la Lei de Incendios de Galicia. Además, uno de los cazadores portaba un arma blanca prohibida, lo que llevó a los agentes de la Guardia Civil a trasladar un nuevo parte a la subdelegación del Gobierno en Ourense.
La acción de los furtivos supuso además su expulsión de la sociedad de caza. El presidente del coto Pena Maior tomó la decisión abriendo con ello la espita de un fuego cruzado de demandas judiciales. Los denunciados respondieron a su expulsión demandando a Rey. Éste sostiene que desde entonces no ha dejado de sentirse amenazado por lo que ha respondido con nuevas denuncias. Rey sostiene que ha recibido "sacos llenos con orejas de corzo", envío que atribuye a la cuadrilla de los furtivos. También asegura que esta misma semana aparecieron pintadas "unas cruces rojas" en la puerta de su vivienda y de su negocio. No tiene ninguna duda de que le "están mandando un mensaje".
En medio del fogueo de acusaciones, el presidente del coto de caza fue citado a una reunión "de conciliación" presidida por el jefe territorial de Medio Rural en Ourense, Ricardo Vecillas, y a la que asistió además Reboredo, el furtivo con cargo en el servicio forestal de la Xunta. En el transcurso de ese encuentro Rey fue conminado a que intercediera ante los agentes para que retiraran las denuncias oficiales. "Reboredo me dijo que si yo hacía la gestión, él retiraría también la que me puso a mí". Pero no hubo acuerdo. "¡Yo no voy a interceder por unos delincuentes!", explica Rey.
Aunque inicialmente los agentes medioambientales de la Xunta pidieron a la Consellería de Medio Ambiente la tramitación de la denuncia administrativa por la vía penal, en consideración de "la gravedad" del encañonamiento al que fueron sometidos, ésta no ha llegado, por el momento, a los juzgados.
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