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La fundación de Blasco Ibáñez reta a Barberá con un legado al Muvim

El museo escaneará un millar de documentos entre cartas, libros y fotos

El desencuentro que marca desde hace años las relaciones entre la Fundación Centro de Estudios Blasco Ibáñez y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que gestiona la Casa Museo del escritor valenciano, marcó ayer un punto de inflexión con el legado de una importante documentación de la nieta del novelista al Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (Muvim), dependiente de la Diputación de Valencia. "Vicente Blasco Ibáñez ha encontrado su casa", aseguró rotundo ayer Eugenio Soler, presidente de la fundación, aunque después se empeñara en matizar que la Casa Museo ubicada en la playa de la Malva-rosa seguirá siendo importante a la hora de difundir la figura del autor de Cañas y barro, Arroz y Tartana, Sangre y arena o La barraca.

Soler proclamó que el novelista "ha encontrado su casa" en el museo

Así, queda claro que desde ayer el Muvim se convierte, según explicaron todos los asistentes al acto de cesión, en la principal sede de estudios del escritor ante la supuesta desidia del Consistorio a la hora de poner en valor la figura de Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Menton, Francia, 1928).

La cesión del legado de Gloria Llorca Blasco-Ibáñez, nieta del escritor, incluye un epistolario privado de 47 cartas con su yerno Fernando Llorca (también encargado de la editorial Prometeo) y otro de 87 misivas con su mujer María del Cacho. Además, también se han cedido 17 libretas con notas manuscritas del novelista, que, según explicó el director del Muvim, Javier Varela, constituyen "los cuadernos de campo" que después usaba el escritor para construir sus obras. Ángel López, secretario de la fundación, explicó que cuantitativamente el legado podría constituir el 20% de los documentos importantes del escritor. Aunque por la dimensión privada de las cartas, se atrevió a cifrar el "valor sentimental" de las misivas en un 70%. De hecho, el legado atesora cartas íntimas que la nieta se había negado hasta ahora a hacer públicas.

La cesión de ayer también incluye la importante colección bibliográfica de Ricardo Bolinches, que reunió 901 libros de Blasco Ibáñez o que versan sobre el autor. Una biblioteca que pone de manifiesto que el novelista fue traducido a decenas de idiomas de todo el mundo.

Varela explicó ayer que el museo escaneará toda la documentación para que esté en su web a disposición de todos los investigadores del mundo. Y anunció además que a principios de 2011 el Muvim organizará una exposición sobre Blasco Ibáñez, que de hecho constituirá el giro al valencianismo de la institución anunciado por su director.

Soler después matizó que la Casa Museo del novelista tendrá su importancia para mostrar ciertos objetos aunque no es el sitio adecuado por su proximidad al mar para conservar documentos delicados como las cartas.

Varela ve "eminentemente revisable" a Fuster

Para poner en valor a una figura hay quien cree que se debe denostar a otra. Y eso es lo que ayer decidió hacer el director del Muvim, Javier Varela, en el acto de cesión al museo de un legado de Blasco Ibáñez, cuando inopinadamente arremetió contra el escritor valenciano en lengua catalana Joan Fuster (Sueca, 1922-1992). Así, Varela acusó a Fuster de derribar de "un manotazo" la importancia política de Blasco Ibáñez y de referirse a la literatura del novelista como una obra que provocaba "una sonrisita de indulgencia". En un discurso de presentación en el que situó a Blasco Ibáñez como víctima de "un periodo oscuro" que arrancó en 1939 y que pretendió arruinar su casa en la Malva-rosa y poner "en ridículo su figura literaria", Varela también mencionó a Alfons Cucó, "que dijo que no fue un verdadero rojo".

Sin embargo, hay que tener en cuenta que aunque Vicente Blasco Ibáñez fue coetáneo de la Generación del 98, los escritores de esta nunca le consideraron un autor de suficiente calidad literaria. Y las mayores críticas le llegaron de autores consagrados como Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset o Pío Baroja. Pagó quizá el hecho de que se convirtió de facto en uno de los primeros best-sellers mundiales, fue traducido a decenas de idiomas y sus obras se llevaron al cine por estrellas de Hollywood. Y curiosamente Fuster reivindicó la figura del escritor y político como un "tipo excepcional".

Tras su parlamento en el acto protocolario de cesión del legado, Varela abundó sobre el tema al ser preguntado sobre si entraría de nuevo Fuster en el Muvim (ya acogió una exposición sobre el autor de Nosaltres, els valencians). "Yo no tengo inconveniente en que entre Fuster o entre Perico el de los Palotes, lo que pienso es que Joan Fuster es un valor, a mi juicio, eminentemente revisable". Así, Varela se refirió a "esas actitudes derogatorias que no solo tenía con Blasco Ibáñez sino con otros autores desde una posición de falsa superioridad". Y sobre la principal obra del ensayista añadió: "Está llena de esos juicios derogatorios y no me parece que esos juicios estén apoyados por una erudición suficientemente sólida". No obstante, el director del Muvim enfatizó que "cómo no va a entrar en el museo, como valenciano que es, es un escritor de Sueca".

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