UGT y CC OO centran su estrategia en "calentar" la huelga de septiembre

Superada la huelga que el martes organizaron los sindicatos abertzales y CC OO contra la reforma laboral del presidente Zapatero, y pese al baile de cifras sobre su seguimiento, las centrales confederales trataron ayer de aprovechar la inercia para "calentar", también en Euskadi, el paro general que han convocado para el 29 de septiembre en toda España. El secretario general de UGT en el País Vasco, Dámaso Casado, apeló a la "unidad sindical" como única vía para que los trabajadores "se vean respaldados" e invitó a ELA a sumarse a la jornada de reivindicación, "porque ante acciones parciales, la inmensa mayoría de los políticos ni hacen mención".

Pese a que el martes se desmarcó de la huelga general, UGT se manifestó ayer en las tres capitales vascas para expresar su rechazo a las medidas planteadas por el Gobierno y anunciar la convocatoria de septiembre. Al término de la movilización que recorrió el centro de Bilbao, el secretario general del sindicato en Euskadi, Dámaso Casado, envió un mensaje a los políticos para que se posicionen "personalmente" sobre el recorte de los derechos laborales, ya que si están en contra "deben votar que no o dimitir". Más allá de su decisión, abogó por unificar el esfuerzo sindical para forzar la retirada de la reforma.

En la línea de Casado se manifestó su homólogo en CC OO, Unai Sordo, quien abogó por un "movimiento sostenido de movilización" hasta la "gran" huelga general de septiembre como fórmula para "reconducir muchos de los ataques a los derechos de los trabajadores". Durante una entrevista concedida a ETB, el líder sindical advirtió de que la "deriva" económica del Gobierno central se ha "ramificado" en otras administraciones públicas, como la vasca, a la que instó a "tomar nota" de la respuesta social. Por eso, insistió en la necesidad de crear un "clima de rechazo" a las medidas planteadas y apostó por fomentar los "espacios de convergencia" entre las centrales.

Sordo recalcó la necesidad de construir un "dique de contención o contrapeso al chantaje" de los poderes económicos a las administraciones públicas. En este sentido, admitió que existe "una discrepancia de fondo" con los sindicatos nacionalistas y reconoció la "dificultad" de avanzar en espacios de unidad, pero pidió un "esfuerzo" para no "llevar a una discusión estéril a las empresas". "La huelga tiene que servir para fortalecer el contrapoder a través de la negociación colectiva y el diálogo social".

Sin entrar a valorar aún el paro de septiembre, el lehendakari, Patxi López, consideró ayer "excesivas" las cuatro huelgas convocadas en los 13 meses que suma de mandato. Según defendió en Punto Radio, no debería usarse con tanta "frivolidad" el instrumento "de mayor trascendencia" que, a su juicio, tienen los sindicatos, ya que los ciudadanos pueden cansarse y "dar la espalda" a las centrales, como en su opinión sucedió anteayer. En este sentido, se confesó "fuerte" y preparado para "liderar" la política económica vasca, aunque apeló a la "corresponsabilidad de todos" frente a la crisis.

El portavoz de la Diputación de Guipúzcoa, Eneko Goia, insistió en que la huelga del martes tuvo un seguimiento "desigual" que en ningún caso fue mayoritario. El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, destacó aún así que el paro evidenció la "muy honda preocupación" que hay en la sociedad.